• Último día en Casablanca (día 10)

    El último día siempre es el mas triste. Marruecos ha vuelto a sorprenderme y eso que ha sido la tercera vez que lo visito. Haciendo balance, uno se da cuenta de que sigue siendo un país muy diferente. Tienen un cierto toque aperturismo pero el toque exótico no lo pierden.

    En esta ocasión, ha sido la primera vez en el que el viaje ha sido durante el Ramadán, y es una época especial. Los nervios de los musulmanes están a flor de piel al final de la tarde cuando antes de que caiga el sol, porque el hambre aprieta; Además, no se puede servir ni vender alcohol.

    A pesar de los notables avances, el país todavía tiene grandes deficiencias a nivel de tráfico, tratamiento de residuos y machismo.

    «DHL Express», como me dijo mi amigo Héctor

    La cerámica ha sido uno de los grandes descubrimientos, y es que en este viaje hemos comprado muchos objetos. Quizás es un síntoma de que nos estamos haciendo mayores. Sus dibujos, sus colores y su textura, hacen que tenga un gran atractivo.

    Poterie

    Y tengo que hablar de la búsqueda de latas de Coca Cola de garrafón para Juan Luis Saldaña, que cada vez se complica más. Esta botella de plástico no sirve para su catálogo… ojalá hubiera habido una lata de este producto a la venta. Pero alguna sorpresa le llevo, claro.

    A las 16:00, ya por la tarde, hemos despegado desde el aeropuerto de Casablanca y tras un vuelo tranquilo, hemos puesto rumbo en coche hacia Zaragoza. Acabamos de llegar a casa, es casi medianoche, y se me ocurren pocas opciones más de aprovechar unas vacaciones de Semana Santa al cien por cien.

    Muy pronto se viene otro viaje, en poco más de 15 días, así que estad atentos.

    DieQuito

  • Barbacoa y el ftur desde la Corniche (día 9)

    Suena repetitivo, pero hoy hemos tenido de nueva barbacoa, aunque esta vez ha sido en casa de Busta y África. Mi tía ha preparado su rico gazpacho y una sartenada, plato típico de Maella, y además hemos disfrutado de butifarra, longaniza, chorizo criollo y morcilla. Para finalizar, unos postres marroquíes con chocolate, pistachos y bizcocho.

    Uno de los temas de conversación ha sido el partido que jugaba el Madrid contra el Sevilla y en el que ha podido atar media liga.

    Daniel, otro amigo que ha asistido a la barbacoa, llevaba a sus hijos uniformados y además con el dorsal en la espalda del que ha terminado siendo el hombre del partido.

    A modo de guinda para todo el viaje, hemos regresado a Casablanca y hemos paseado por el paseo marítimo de la Corniche. Con el ftur, la ruptura del ayuno del Ramadán, todos se han concentrado en las orillas de la playa. Había mucho ambiente, bengalas de color rojo y una sensación colectiva de felicidad.

    Es un buen momento para agradecer a Ofelia y Miguel su labor de anfitriones y de organizadores del viaje. Mañana por la tarde toca volar, pero quizás aún nos acerquemos a hacer algunas compras de última hora.

    DieQuito

  • Día de despedidas y relax (día 8)

    Sonia y Pepón ya se marcharon el jueves, hace dos días, pero hoy se van Mikel, María, Marilo y Pepe. Tan solo May y yo nos quedaremos un par de días más en tierras africanas. A primera hora hemos desayunado todos juntos y Miquel ha llevado a María, Marilo y Pepe al aeropuerto. Mikel vuela en otra ruta, con escala en Lisboa, y partirá por la tarde.

    Después de que Miquel regresará del aeropuerto hemos ido al Mercado de Bouskoura, en donde se compran unas de las verduras más frescas de la ciudad, y hemos regresado a casa porque necesitamos teletrabajar, tanto May como yo, y queremos hacerlo por la mañana para poder descansar después de comer.

    Para comer hemos disfrutado de una deliciosa barbacoa de carne acompañada con rico gazpacho.

    Y por la tarde, después de una merecida siesta, hemos ido a pasear por toda la avenida de la Ville Verte, rodeando el inmenso campo de Golf de 18 hoyos, que se sitúa en el centro de la urbanización. En total son unos cinco kilómetros, los que nos ha venido bien para bajar un poco las brochetas

    Unos simpáticos gansos han salido pidiendo comida, curiosamente a la hora del ftur, pero por desgracia para ellos, no teníamos nada comestible en los bolsillos.

    DieQuito

  • Mezquita de Hassan II (día 6)

    Nuestro cuerpo nos pedía un día libre tras cinco días de viaje, y eso es lo que iba a ser en principio este día, pero hemos decidido aprovechar y visitar hoy mismo la Mezquita Hassan II.

    Esta mezquita es una enorme obra de arquitectura que se terminó hace alrededor de 30 años, después de unos años de construcción pagada por todos los marroquíes. Su objetivo es perpetuar la imagen del rey Hassan II, que realizó este proyecto como ofrenda a Alá, y a la vez atraer a turistas de los cruceros del Mediterráneo.

    Acto seguido, tras la visita guiada en español que ha durado alrededor de una hora, y que incluye la sala de abluciones, hemos ido a los mercados tradicionales.

    En el Marché de Maarif había muchos ambiente y regateo. Hemos comprado especias y algo de carne porque este fin de semana disfrutaremos de una barbacoa.

    Para cerrar la mañana, a mediodía hemos comido un jugoso cuscús de pollo y verduras que nos ha preparado Fatehma. Es un plato típico de la gastronomía marroquí y ella lo ha preparado con gran maestría. Para acompañar esta comida, nada mejor que una cerveza Casablanca.

    Por la tarde algunos se han tomado la merecida tarde libre mientras otros teníamos que teletrabajar un poquito. Hay tiempo para todo. Mañana nos vamos de viaje a Rabat, ciudad en la que ya estuve en 2017.

    DieQuito

  • El largo viaje hacia el noroeste (día 5)

    Un volcánico amanecer nos ha recibido en el desierto y desde el campamento hemos podido disfrutar de unas tonalidades amarillas y anaranjadas muy bonitas. Al final, el exceso de nubes ha impedido que podamos ver la salida del sol, pero el alba ha sido a pesar de ello muy bueno.

    Minutos después estábamos desayunando una mermelada de dátiles con tortas marroquíes y té a la menta. Y con el desayuno en el estómago hemos cogido los 4×4 y Hassan, conduciendo al más puro estilo Dakar, nos ha llevado por el mar de dunas hasta la Puerta del Desierto. Merzouga era el punto de partida para regresar hasta Casablanca.

    Hassan ha pasado en un punto elevado para que podamos fotografiar el Erg Chabbi y nos hemos despedido de la arena del desierto.

    El viaje en autobús de 10 horas ha sido largo y tedioso pero quiero remarcar que Marruecos es el paraíso gatuno. Está repleto de felinos y en una de las paradas para comprar algo de agua fresca hemos visto a este precioso gatito.

    Y ya en Casablanca, antes de terminar el día, hemos ido a un mercado de cerámica que está muy cerca de Bouskoura.

    Según tenemos entendido, estos tajines y otros elementos decorativos o útiles de cocina se fabrican dentro del propio Marruecos.

    DieQuito

  • De regreso por Casablanca (día 1)

    Hace ya cinco años que estuve en esta ciudad, en compañía de Manu, Javi y Esteban. Lo pasamos en grande en la discoteca del hotel VillaBlanca. Fue solo una tarde y una noche, y todavía me quedan muchas cosas por ver en esta ciudad costera del norte de Marruecos. Además, en esta ocasión estoy visitando a la familia. Mis tíos viven aquí desde poco después de la pandemia y ya era hora de hacerles una visita.

    El viaje ha comenzado bien temprano, saliendo de Zaragoza antes de las 5 de la mañana. He conducido casi en soledad mientras Maike dormía, recién llegada de Portugal. La pobre empalma dos viajes seguidos.

    Al llegar al aeropuerto, tras aparcar el coche, hemos presentado la PCR de 48 horas (Marruecos es uno de los pocos países que todavía exige este tipo de test) y hemos embarcado. En el avión hemos disfrutado de una película de los 90 en versión UMD (parecía un viaje del pasado).

    Antes de aterrizar en el aeropuerto de Casablanca, ya hemos conocido a los amigos de mis tíos con los que vamos a compartir el viaje: Pepe, Mariló. María, Sonia y Pep´ón. Mikel se ha unido horas más tarde en un vuelo vía Lisboa.

    Os esperaremos junto a la estatua…

    A la terminal han acudido mis tíos y nos han llevado a su casa, en Bouskura, para agasajarnos con una impresionante barbacoa de langosta en su jardín, que quita el hipo. ¡Cuanta hospitalidad!

    Para terminar el día, con el crepúsculo hemos ido a ver la enorme mezquita de Hassan II, y hasta nos hemos podido asomar al interior, aunque sin acceder, ya que en Ramadán no se puede visitar a estas horas. Volveremos el jueves con visita guiada, tras regresar del desierto.

    La mezquita se levanta sobre el océano Atlántico y fue construida hace 30 años por el rey predecesor. Fue pagada religiosamente por todos los marroquíes.

    DieQuito

  • Casablanca (día 3)

    Comencemos antes de nada por la noche de ayer. Llegamos al Felix Club y en la puerta nos pidieron 100 dirhams por cabeza. Los pagamos y al entrar nos encontramos con un local en el que no había ni un alma. Los sillones, la luz, la decoración… todo era bastante acertado, pero sin embargo faltaba algo esencial, la gente. Nos sentimos estafados habiendo pagado 10 euros por entrar allí, y nos acercamos a pedir la consumición a la barra.

    Tras un largo rato de espera, como más de una hora, incluso en el que yo acabé durmiéndome en uno de los sofás, la cosa se empezó a animar y la gente hizo acto de presencia, por goteo al principio y de forma más numerosa hacia la 1 y media de la mañana. El local seguía estando medio vacío, pero la pista tenía movimiento. Yo me animé a bailar dancehall y algo de pop en árabe. Incluso bailé con una simpática chica llamada Kawtar.

    Sin embargo, a las 3 nos fuimos de allí porque la noche no daba para más, estábamos exhaustos y al día siguiente nos esperaba un largo viaje hasta Casablanca.

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    Por la mañana hemos disfrutado de un copioso aunque poco sabroso desayuno en el Riad antes de ir a la estación. Hay que tener en cuenta que teníamos por delante 4 horas de tren hasta Casablanca, y que no se puede conseguir comida más allá de frutos secos en el convoy.

    El viaje se ha hecho interminable y hasta las 3 de la tarde no hemos llegado a nuestro destino. Casablanca es una ciudad moderna y fiestera, una mezcla de Málaga y Marbella, con más de tres millones de habitantes y en la que abundan los coches caros y la vida nocturna.

    El apartamento estaba decente, esta vez sí y no como en Rabat. Una vivienda con muchas habitaciones, limpia, y con un cuarto de baño decente. Después de dejar las maletas nos hemos ido al zoco de Casablanca, a seguir regateando con comerciantes marroquíes. Estamos hechos unos consumistas.

    Para ver el atardecer, que se disfruta de cara al mar en esta ciudad de Marruecos, hemos escogido el Umayya, un fumadero de shisha para la gente rica de Casablanca situado muy cerca del faro. El nivel del lugar es alto, igual de alto que el montante final de la dolorosa, pero bueno, hemos saboreado unos buenos Oportos y unos Cosmopolitan, además de una shisha de manzana-menta.

    Antes de regresar al apartamento hemos ido a cenar a la Sqala, otro restaurante impresionante situado en un antiguo fuerte pirata y en el que he comido un pescado recién pescado y un postre alucinante hecho con leche condensada.

    Ahora estamos en el apartamento, en el turno de las duchas, antes de salir a por la noche de Casablanca. Dicen que los sábados se lía una buena en el V-Club.

    DieQuito

  • Escapada a Marruecos

    Ya estuve en el país vecino hace 3 años, ascendiendo el Toubkal y visitando Marrakech, lo que viene siendo el sur de el país. El 9 de marzo me volveré a escapar a este país exótico pero en esta ocasión para visitar el norte: la capital Rabat, la legendaria Fez (en la imagen) y la moderna Casablanca.

    Serán solo 4 jornadas, pero de nuevo servirá de vía de escape para coger aire hasta los viajes del verano.

    DieQuito