• Y la guinda: me encontré con una estrella de El Patrón del Mal

    Como colofón para el viaje, me he encontrado en el avión a Christian Tappan, Gonzalo en el Patrón del Mal, el primo de Pablo Emilio Escobar Gaviria en la serie colombiana. Él se ha sorprendido de que le reconociera y ha aceptado gustoso a tomarse una fotografía. Lo cierto es que si os gustó Narcos, esta serie que puede visionarse en Netflix, os enganchará. Son casi 80 capítulos pero conformar una biografía de Escobar mucho más minuciosa.

    En este último vuelo de Avianca que nos lleva de Bogotá a Colombia he podido por fin conciliar el sueño, y digo por fin porque yo no soy de dormir en los aviones. Tras la cena, me he puesto cómodo y después he dormido hasta cuando estábamos ya relativamente cerca de llegar a Madrid. Ya les he dicho a mis compis que ya tengo claro lo que tengo que hacer para poder dormir en los aviones: dar la vuelta al mundo.

    Aquí os dejo la última foto del viaje. En nuestras caras se refleja el cansancio de estos últimos 12 días en los que se ha mezclado el trabajo, las reunión, las visitas a fábricas y ferias, las comidas de empresa, el turismo y hasta una inauguración de oficina. Como dato especial: en las últimas 12 noches tan solo hemos dormido 7 en hotel; el resto han sido en aviones, e imaginaros lo que eso suponer para alguien que no puede dormir en los aviones.

    DieQuito

  • Bogotá

    Hemos aterrizado en Colombia muy pronto por la mañana, ya que el vuelo desde CDMX eran tan solo unas 4 horas. A las 7 de la mañana ya habíamos pasado la zona de visados y estábamos en un taxi rumbo al centro de Bogotá y nos ha sorprendido mucho la cantidad de actividad que había en la calle para ser la primera hora del día.

    Una vez en la plaza de Bolivar, hemos ido a dar una vuelta por el barrio de la Candelaria, con sus calles empedradas y sus casas de colores. En cada esquina había un policía, militar o un miembro de seguridad privada, así que se transmite sensación de tranquilidad al viandante.

    Después hemos ido a tomar un buen café y hemos cogido un taxi que nos ha subido al Cerro de la Virgen de Guadalupe, desde donde hay una espectaculares vistas de la ciudad. Tras volver a bajar a la zona urbana hemos ido al Museo del oro, muy recomendable, y luego a da un paseo por el centro, que ya estaba super animado hacia el mediodía, con centenares de puestos de venta, músicos y ambiente digno de Pilares.

    A continuación nos hemos ido a Plaza de Andres por recomendación de una amiga colombiana y hemos comido Arepa, Patacón y una lulada para beber, sus platos preferidos. Por lo visto, este barrio es uno de los mejores de la ciudad y toda la gente pudiente se concentra en esta zona.

    Para terminar, hemos ido a la reunión, la última de todo este periplo antes de coger el último avión de Avianca rumbo a España. Al terminar habremos cubierto unos 40000 kms de avión… cifra nada desdeñable.

    DieQuito

  • Bendiciones para la nueva oficina

    Al principio era solo una idea, y hoy ya es una realidad. Al principio comenzamos a vender desde España, hoy ya tenemos una oficina física en México. Lo cierto es que estamos orgullosos de ello y no hay nada mejor para celebrarlo que una fiesta sorpresa, y es la que nos ha preparado nuestro socio y amigo a traición y sin que sospechásemos para nada… Hemos entrado en el edificio de la oficina y nada más pasar el umbral de la puerta un montón de globos, gritos y saludos nos han avasallado. Las mesas estaban repletas de comida y buen vino, y también había música. Incluso ha venido un cura a dar sus bendiciones para que el negocio sea próspero. Esta costumbre estaba muy arraigada en España antaño; aquí continúa haciéndose.

    También tengo que deciros que hemos probado los escalomes, unos huevos de hormiga que se comen con guacamole dentro de un taco, y que no me han disgustado lo más mínimo. Aunque no sería un plato que me pediría todos los días, para ser sincero.

    Ahora ya estamos en el aeropuerto de Ciudad de México y en unos minutos pondremos rumbo a la ciudad de Bogotá, en donde tendremos la última reunión antes de regresar a España.

    DieQuito

  • Sueño en Querétaro

    Hemos llegado a Ciudad de México muy temprano pero hemos tenido que entrar en el país, y luego cambiar de terminal para coger el avión a Santiago de Querétaro. Las casi dos horas de escala que teníamos nos han venido justas. Este último vuelo ha sido corto y ni siquiera me ha dado tiempo de relajarme, pero tampoco me he dormido en el vuelo previo así que esta mañana al aterrizar llevaba 40 horas sin dormir. Hemos ido a la primera reunión y me sentía francamente mal, como si estuviera en un submarino; mareado, con sudores fríos y un malestar general provocado por el agotamiento. Me he tenido que excusar y he ido al hotel La casa de la Marquesa a pedir que me dejasen hacer el check in antes de tiempo porque necesitaba acostarme de forma urgente.

    Cuando me han dado la llave me he metido en la cama minutos después y aún me ha costado conciliar el sueño, probablemente por el estrés que llevaba encima. Finalmente, he podido dormir un par de horas que me han sabido a gloria bendita.

    Tras una refrescante ducha hemos ido a comer a las 17:00h a un restaurante de mariachis, muy típico mexicano, El Pegueros, que está en medio de una carretera y en donde se respira un ambiente popular y tradicional, único. Al caer la noche, estábamos tomando una cerveza y de nuevo el sueño a vuelto a apoderarse de nosotros y solo pensábamos en cama. Así que hemos regresado al hotel y mañana será un nuevo día.

    DieQuito

  • San Francisco

    Vuelve a ser 4 de marzo. Ayer despegamos del aeropuerto Pudong de Shanghai a las dos de la tarde del día 4 y hemos aterrizado en San Francisco pasadas las 8 de la mañana!  de la misma fecha. Es lo que tiene saltar el cambio de huso horario que por decisión internacional se consensuó situar en el medio del Oceáno Pacífico. El vuelo con United Airlines, en un novisimo Boeing 787 dreamliner ha sido una auténtica gozada, aunque en mi línea, he sido totalmente incapaz de dormir.

    Al llegar, me han retenido en aduanas porque traía algunas muestras de China y me han vuelto a preguntar porque fui de vacaciones a Irán, etc… Al final, me han dejado pasar y hemos ido rápidos a visitar la cárcel de Alcatraz, primera visita en esta escala larga que nos va a permitir conocer la ciudad en la que nació Apple hace ya más de 40 años. A la cárcel de Alcatraz se accede con un ferry que parte hacia la isla cada media hora; perdimos el que habíamos contratado por la inspección en el aeropuerto, pero nos dejaron subir al siguiente. Toda la visita de la prisión la realizas con una audioguía en la que te van explicando todos los entresijos y anécdotas de esta prisión que tuvo varios motines y algún fugado antes de su clausura por su cercanía a una gran ciudad. Cuando estaba visitando el comedor de los presos me encontré con Hugo Puente, en uno de esos surrealistas momentos de la vida. Le dije: «Hugo?!?» y él me respondió «Pero tú no estabas en China?» a lo que yo le repliqué «Hasta esta mañana sí» jajaja. Tras la sorpresa inicial nos hicimos una foto y luego dimos un paseo por San Francisco al volver de Alcatras, hasta el Pier 39. Parece un attrezzo cinematográfico, y tiene unas tiendas realmente originales, además de las conocidas focas, que languidecen en el muelle antes la atónita mirada de los turistas.

    Después hemos ido a comer al Hard Rock Café y a continuación a visitar la conocida Lombard Street, con su inclinada pendiente y sus curvas de dibujo animado. El día no paraba,así que hemos vuelto al puerto para visitar el USS Pampanita, un submarino diésel de la Segunda Guerra Mundial. Visita que no realizan muchos turistas y que recomiendo sin ningún genero de dudas. Es increíble pensar que casi 50 tíos podían pasar varias semanas o incluso meses enlatados en ese chisme. También hemos entrado a visitar un museo de máquinas recreativas de mitad del siglo XX, muy original.

    Por último hemos ido a visitar el Golden Gate al atardecer; un puente icónico que a pesar de su longevidad (fue construido en 1933) sigue dejando sin palabras a los que lo cruzan por primera vez. Con el crepúsculo, hemos cogido un Uber y hemos puesto rumbo al aeropuerto, en donde cogeremos en unos minutos nuestro avión a Ciudad de México, segunda parte importante del viaje.

    DieQuito

  • Shanghai

    Esta ciudad siempre había estado en mi lista de deseos. Es una ciudad mágica, con grandes rascacielos (el segundo más alto del mundo está aquí), visitada frecuentemente en películas de cine y con aire más vanguardista que la vieja Pekín. Llegando con el coche anoche ya se divisaban desde la lejanía los grandes edificios y la enorme contaminación lumínica de una metrópolis digna de Blade Runner.

    Nos hemos alojado en el Grand Hyatt y nada más llegar nos dimos un baño en el spa situado en la planta 57, con una piscina en la que puedes incluso nadar mientras disfrutas de unas vistas maravillosas, con grandes construcciones, letreros de neón y la ciudad perdiéndose en la oscuridad. Después cenamos, también en una planta bastante alta, y luego nos fuimos a dar un paseo para hacer la digestión. Nos sorprendió mucho que a pesar de ser medianoche, la ciudad estaba completamente tranquila, como podéis ver en las foto inicial del post.

    No tardamos mucho en acostarnos porque hoy queríamos madrugar un poco antes de ir al aeropuerto, y así poder visitar el mercado de falsificaciones de Shanghai, que sigue abierto en una estación de metro a pesar de los rumores que leáis por internet. Hemos comprado regalos para la familia y en mi caso, un Lepin, (lego falso) del skyline de Shanghai.

    Ahora estamos en el aeropuerto antes de poner rumbo a California.

    DieQuito

  • Yiwu y el International Trade Center

    Nos ha venido a recoger Wang, amigo de Moises, y nos ha llevado en primer lugar a sus oficinas en donde hemos probado unas motos eléctricas muy molonas y hemos podido ver los productos que comercializa. A continuación nos ha llevado al International Trade Center que es como una especie de Feria de Muestras para venta al por mayor. Una vez dentro te das cuenta de que con un día de visita no eres capaz de ver ni un 1% de toda la feria, te percatas de que hace falta más de una semana, pero también nos dimos cuenta de que para nuestros productos actuales, los mejores proveedores están en Guandong.

    Después de la visita por el laberinto de tiendas de varios niveles, y con bastante hambre en nuestro estómago vacio, Wang nos ha llevado a una marisquería en la que ha ido seleccionado las piezas, vivas todavía, que ibamos a degustar. Es un restaurante que es un cook-it-yourself pero en el que una camarera te está continuamente ayudando, cocinando delante de ti, en medio de la mesa, todos los platos que te vas a comer. Me dieron un poco de pena las gambas, que saltando trataban de escapar de su muerte… ni siquiera sabia que eran capaces de saltar así : (

    Después de la comida nos hemos vuelto a meter en el coche para volver a chuparnos 300 kms de autovía, rumbo a Shanghai; próxima parada en China.

    DieQuito

  • Rumbo al norte

    Cambio de región. Hoy tras pasar la mañana en Shenzhen, hemos cogido un avión a Ningbo. El precioso aeropuerto de Shenzhen sigue igual de blanco que el año pasado, blanco e imponente. Tras el vuelo nos ha venido a recoger el driver de un amigo y menos mal, porque Didi nos impedía reservar un viaje de casi 300 kms hasta Yiwu… El único peligro era que el driver conducia con un ojo y las manos puestas en el movil y un ojo y los codos puestos en la carretera. Nos hemos puesto el cinturon y hemos rezado todo lo que sabíamos. Hemos hecho casi todo viaje de noche y al llegar al Ramada Plaza de Yiwu ya ni siquiera nos daban de cenar.

    Hemos salido del hotel en busca de algún sitio en el que llevarnos a la boca y nos hemos encontrado con una ciudad de la China profunda, que recordaba a alguna ciudad soviética de los 70. Una urbe oscura, con casas antiguas y coches viejos con la pintura descascarillada.

    Por suerte, hemos encontrado un McDonals y aunque ya habían cerrado, la amabilidad china se ha portado bien y nos han podido vender patatas fritas y dos tortas de piña; básicamente las sobras, pero era nuestra única opción.

    Llega el turno de dormir que mañana nos espera una larga jornada visitando el International Trade Center de Yiwu.

    DieQuito

  • Sea World y Wooderland

    El año pasado ya nos dimos cuenta de que en la calle más inesperada de Shenzhen, te aguardaba el centro comercial más increíble con el que te hubieras topado a lo largo de tu vida. Esta vez lo hemos descubierto con Google Earth, pero ya decimos sin miedo que el Sea World es el mejor mall que hemos pisado; y hablo por los tres.

    El Sea World tiene nada más y nada menos que un enorme barco en el centro de un lago; el barco tiene restaurante, y en las orillas del lago se emplazan un montón de restaurantes y tiendas de grandes marcas como si de un pueblo pesquero se tratara. Un poco más allá hay un mall con una enorme malla en el que también hay cines, y en una segunda fila, unos grandes rascacielos, también muy shenzhenitas.

    Hoy nos apetecía un poco de easy food, tras una jornada de trabajo bastante intensa, así que hemos comido en un restaurante italiano una especie de pizza alargada y nos ha venido bien para olvidarnos un poco de la comida china.

    La guinda final: una tienda llamada Wooderland con todo tipo de regalos de madera que nos ha encantado por la originalidad del establecimiento y su decoración, por la calidad de sus productos y la amabilidad de los empleados. Lo único que no nos ha convencido mucho han sido sus precios desorbitados. Os dejo unas imágenes de la boscosa tienda.

    Diequito

  • De nuevo a Shenzhen

    El año pasado nos alojamos en Nanshan, en un apartamento en un rascacielos de 40 plantas. Este año había reservado en el mismo apartamento pero no ha habido suerte y nos han colocado en otro piso y otro edificio. Nos hacía gracia alojarnos en el mismo sitio exacto pero a veces las cosas no salen como uno las planifica.

    El viaje desde Dongguan se ha hecho un poco menos pesado que de costumbre y es que recuerdo que el año pasado fueron más de dos horas. Luego hemos ido a una tienda de falsificaciones a comprar algunas cosas: en China tienes que hacer esto para integrarte. Es muy curioso como algunas paradas de metro se conectan entre sí por pasillos repletos de tiendas, al más puro estilo de las difuntas galerías comerciales que tanto abundan en Zaragoza, pero no muertas y solitarias como en España, sino repletas de tienda, vida y colores.

    Mañana tenemos un día duro por delante, con más visitas a polígonos industriales y varias reuniones agendadas, así que es hora de dormir. Además, anoche vi como el Barcelona nos pintaba la carita en el Bernabeu sin merecerlo. Apeados de la copa del Rey, ya solo nos queda la baza de la Champions, como el año pasado…

    Diequito