
Un volcánico amanecer nos ha recibido en el desierto y desde el campamento hemos podido disfrutar de unas tonalidades amarillas y anaranjadas muy bonitas. Al final, el exceso de nubes ha impedido que podamos ver la salida del sol, pero el alba ha sido a pesar de ello muy bueno.
Minutos después estábamos desayunando una mermelada de dátiles con tortas marroquíes y té a la menta. Y con el desayuno en el estómago hemos cogido los 4×4 y Hassan, conduciendo al más puro estilo Dakar, nos ha llevado por el mar de dunas hasta la Puerta del Desierto. Merzouga era el punto de partida para regresar hasta Casablanca.
Hassan ha pasado en un punto elevado para que podamos fotografiar el Erg Chabbi y nos hemos despedido de la arena del desierto.
El viaje en autobús de 10 horas ha sido largo y tedioso pero quiero remarcar que Marruecos es el paraíso gatuno. Está repleto de felinos y en una de las paradas para comprar algo de agua fresca hemos visto a este precioso gatito.

Y ya en Casablanca, antes de terminar el día, hemos ido a un mercado de cerámica que está muy cerca de Bouskoura.

Según tenemos entendido, estos tajines y otros elementos decorativos o útiles de cocina se fabrican dentro del propio Marruecos.
DieQuito
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