• Escala en Abu Dhabi y fin del viaje

    En el viaje de regreso desde la isla hasta el aeropuerto de Male nos han despedido un grupo de delfines, que han saltado alrededor de nuestra barca en un momento mágico. La gente no terminaba de creérselo, y los conductores decían que es bastante inusual. Un último guiño de Maldivas, un país al que volver.

    Tras un largo vuelo de Male a Abu Dhabi, con un altavoz estropeado encima de nuestras cabezas, hemos hecho escala en el aeropuerto de Abu Dhabi, del que me ha impresionado su sala central en forma de palmera.

    Nos traemos un montón de recuerdos en el equipaje y en el corazón. Y aunque no os lo creáis ya tengo ganas del próximo viaje.

    DieQuito

     

  • Un magnífico atardecer desde la overwater

    En la agencia @incrediblemaldives (ese es su Instagram) nos han tratado de maravilla e incluso han pedido que nos dieran la overwater que enfoca hacia el atardecer. Hoy hemos disfrutado de un ocaso de los inolvidables, disfrutando de un vino tinto australiano, viendo pasar los minutos con mucha calma y tranquilidad, mientras el sol se teñía de rojizo. Este ha sido el broche de oro a un viaje inolvidable; tanto por su intensidad como por los lugares visitados.

    Me quedo con un buen sabor de boca de la experiencia en Maldivas; al final estos 6 días se han pasado en un volao y se te queda algo de pena al pensar que nunca más volverás a este resort… porque hay tanto mundo que recorrer que sería un pecado.

    En fin, ahora toca ir preparando el equipaje que mañana ponemos rumbo a España, rumbo a la rutina y a la vida normal. Pero lo importante son los recuerdos y vivencias que perduran para siempre.

    DieQuito

  • Mi plan

    Aparte del snorkel, beber cocktails, dsifrutar de las comilonas en el buffet libre, tomar el sol y disfrutar del descanso, no hay mucho más qué hacer en la isla, pero necesitábamos relax y no echamos de menos más actividad. También os diré que no me vendría aquí 15 días a ver como la brisa marina me acaricia la piel. Pero después de un viaje intenso como India, vienen bien 6 días para recargar las pilas. Por las noches, la gente joven que se aloja en el resort, va a Raalhu, el bar surfero de la isla, en el que hay una mesa de billar, DJ poniendo música dance y house, una diana de dardos, y buenos cócteles.

    Pero que toda esta tranquilidad te da para pensar, así que os voy a contar las ideas que me venían a la cabeza. Hemos dado un paseo por las otras overwater, escuchando como el mar ruge debajo del entarimado y al llegar al final he visto que la isla de enfrente está literalmente al lado. Ahora me río de mi plan para llegar hasta allí, y es que en mi afán explorador me surgió la idea de cruzar desde el extremo del Cinnamon Dhonveli hasta el Four Seasons. El problema es que las corrientes son fuertes en las Maldivas, aunque las olas grandes rompen antes del atolón y aquí solo llega un poco de movimiento y eso puede llevar a engaño.

    Un chico joven, empleado del resort, me dijo que «its possible, but, actually its not allowed» (es posible, pero no está permitido) y me explicó que las corrientes te pueden sacar a mar abierto, y no quiero ni pensar en el susto que puede suponer eso… El mar me da más miedo que la montaña, de eso no hay duda.

    DieQuito

  • Snorkel obsession y otras alimañas

    Los que me conocen saben que disfruto mucho viendo a los animales, acariciándolos cuando se dejan o simplemente observándolos. Así que aquí, lo primero que haces es salir con los primeros rayos y te vas a ver los animales marinos nocturnos que todavía están por aquí danzando. La temperatura del agua son unos 28 grados así que se está de maravilla; hoy he visto una morena y un tiburoncito, además de un pez globo, que no es peligroso si no le tocas mucho las narices.

    Haciendo snorkel en las Maldivas te vas a encontrar con un sinfín de animales que te van a rodear. Lo más alucinante son los bancos de peces de colores, que se quedan todos juntos para parecer un animal más poderoso. También he visto una manta y dos rayas, que nos han perseguido durante un breve pero intenso periodo de tiempo jaja. Además, una siniestra apodida y un pepino de mar, animales que desconocía por completo.

    Los erizos de mar también están distribuidos por el fondo, aunque el que no hemos visto por fortuna todavía es el temible e infausto Pez Piedra; y que siga así.

    Como consejo os diré que os traigáis vuestro propio equipo de snorkel, porque cuesta 25€ al día alquilarlo. Nosotros nos hemos traído las máscaras Easybreath de Decathlon, que aunque ocupan mucho espacio en la maleta, sale muy rentable.

    Por último, al margen de los animales marinos, hay pájaros muy graciosos, unos simpáticos camaleones y un sinfín de ermitaños de todos los tamaños, como ya os comenté ayer.

    DieQuito

  • «Colours in the Sky» kite festival

    Un festival de cometas y de facepainting en una playa paradisiaca… ¡Esto es vida! Ayer con el atardecer disfrutamos de un buen ambiente, buenos cocktails, risas y música tropical. Los maldivos son gente muy amable y nos explicaron cómo se hace una cometa y los trucos para hacerla volar con elegancia. A mi lo que más me preocupaba era que se me fuera del todo y acabase en el agua… con todo el plástico que ya tenemos en los océanos.

    Luego nos pintaron las caras; en la mía en concreto intentaron dibujar un delfín aunque no quedó del todo bien… pero se les agradece la intentona. Los cocktails tienen nombres muy variopintos por estas zonas y los perritos calientes ayudaban a aguantar el subidón de la mezcla de alcoholes.

    Depsués paseamos con el crepúsculo visitando la isla… y la playa, con la Luna en el horizonte, y con las overwater flotando al fondo es una imagen de postal. Cuando cae la noche salen los graciosos ermitaños a pasear, con sus caparazones a su imagen y semejanza. También algunos murciélagos de gran tamaño pasan por encima de la lista. De momento, ni pizca de mosquitos. Esperamos que siga así.

    DieQuito

  • Cinnamon Dhonveli, Maldives

    Tras el cambio de planes, aviones, ciudades y demás, hemos llegado a Maldivas con una noche de antelación, y hemos dormido en el hotel Laguna Boutique, en Hulhumale, antes de partir hacia nuestro resort. El hotel estaba limpio y con un buen trato del personal, aunque la habitación era el cuartel de los mosquitos, y en Maldivas hay zika, así que hay que andarse con cuidado.

    Hemos cogido la lancha rápida en Male, desde donde todo el mundo pone rumbo a su resort. Distingues claramente a los que van de los que vuelven; mirando sus caras de emoción o sus gestos de tristeza. Tras un viaje de menos de una hora re reciben en el muelle del Cinnamon Dhonveli con un cóctel y un mapa de la isla en la mano, en donde te explican todos los lugares en los que puedes pedir comida a cualquier hora, cocktails, darte un baño en las playas o piscinas, jugar al pin pon o al billar, en fin, que nos queda por delante casi una semanita de relax y la verdad es que lo necesitamos por el tute que hemos llevado en estos diez días recorriéndonos la India de punta a punta y visitando un sinfín de ciudades, fuertes y museos. Ahora se agradece algo de relajación.

    ¡A disfrutar de la vida sin preocupaciones!

    DieQuito