Esta ciudad siempre había estado en mi lista de deseos. Es una ciudad mágica, con grandes rascacielos (el segundo más alto del mundo está aquí), visitada frecuentemente en películas de cine y con aire más vanguardista que la vieja Pekín. Llegando con el coche anoche ya se divisaban desde la lejanía los grandes edificios y la enorme contaminación lumínica de una metrópolis digna de Blade Runner.
Nos hemos alojado en el Grand Hyatt y nada más llegar nos dimos un baño en el spa situado en la planta 57, con una piscina en la que puedes incluso nadar mientras disfrutas de unas vistas maravillosas, con grandes construcciones, letreros de neón y la ciudad perdiéndose en la oscuridad. Después cenamos, también en una planta bastante alta, y luego nos fuimos a dar un paseo para hacer la digestión. Nos sorprendió mucho que a pesar de ser medianoche, la ciudad estaba completamente tranquila, como podéis ver en las foto inicial del post.
No tardamos mucho en acostarnos porque hoy queríamos madrugar un poco antes de ir al aeropuerto, y así poder visitar el mercado de falsificaciones de Shanghai, que sigue abierto en una estación de metro a pesar de los rumores que leáis por internet. Hemos comprado regalos para la familia y en mi caso, un Lepin, (lego falso) del skyline de Shanghai.
Ahora estamos en el aeropuerto antes de poner rumbo a California.
DieQuito
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