• Fin del viaje con escala en Doha

    A mis 38 años ya empiezan a pesar los largos viajes que duran 24 horas hasta que llego a mi bendito hogar. Hoy todo ha empezado con un viaje en taxi al aeropuerto de Kathmandú, donde he sufrido una larga espera porque no hay wifi en la zona de departures.

    Después de eso, vuelo en un 787 Boeing hasta Doha, en la que he tenido otra larga escala y en la que en esta ocasión no he tenido la suerte de coincidir con Jaime de nuevo… y esas horas se hacen largas.

    El siguiente vuelo ha sido a Barcelona, un poco más largo que el anterior, y además sin poder apenas dormir porque el horario no invitaba a ello. Al llegar a El Prat, viaje en metro hasta la estación del Nord, de una hora de duración, y allí mismo he cogido un autobús hacia Zaragoza. Por fortuna, allí en la misma estación me he encontrado con un conocido, que era camarero en un restaurante cercano a mi trabajo, y que ahora ya está jubilado. Hemos pasado prácticamente todo el viaje hablando y así se ha hecho más ameno.

    DieQuito

  • La imponente Buddha Stupa de Kathmandú

    La leyenda dice que debes pedir un deseo y dar tres vueltas a esta gran stupa que tiene un precio de entrada de 400 rupias. Todos los visitantes giran en dirección a las agujas del reloj y es un sitio turístico que es una visita obligada si pasas más de un día en Kathmandú.

    Esta stupa fue visitada en el año 2000 por el gran Maurice Herzog para conmemorar los 50 años de la primera ascensión al Annapurna. Desde que vi aquel documental siempre he querido visitarla, pero en 2012 no fue posible porque está muy mal situada, lejos del centro y se necesita más o menos un viaje en taxi de unos 40 minutos.

    Hoy era la última noche y el punto final a mi estancia en Nepal ha sido en LOD, Lord of Drinks, que al parecer es el número 44 en la lista de los mejores clubs del mundo. Lo más curioso de todo son las graderías, que incorporan unas mesas en las que se pueden tomar copas o fumar shisha mientras contemplas la pista de baile en la que se escuchan los mejores hits del momento, y también algunos temas nepalíes.

    DieQuito

  • Bagaicha y sus secretos himalayistas

    Uno de los espacios gastronómicos que más me ha sorprendido en Kathmandú ha sido el Bagaicha, que tiene nada menos que 17 restaurantes temáticos a lo largo de tres plantas en un edificio que confluye en un patio central. Lo mejor de todo es que cada comensal puede pedir su propio plato de cada estilo: italiano, chino, sushi japonés (que es uno de los mejores de la ciudad) y también ofrece espacios para tomar copas o tener reuniones de trabajo en su espectacular Everest Hall of Fame, que recoge fotografías de grandes himalayistas y otras curiosidades. Todo un homenaje al logro de Tenzing Norgay y Sir Edmund Hillary.

    Este restaurante merece sin duda una visita durante una estancia en Kathmandú y no es especialmente caro si se evalúa desde los estándares europeo, aunque en la capital de Nepal hay una infinidad de opciones mucho más económicas. Eso hay que tenerlo presente.

    Por la noche he podido disfrutar de unas vistas de impresión desde el flamante nuevo hotel Holiday Inn. La infinity pool con Kathamndú de fondo es una preciosidad y todo el conjunto me recuerda a Medellín y sus alrededores.

    DieQuito

  • El barrio de Thamel

    Estamos ante el que es el barrio más emblemático de la ciudad, dado que está en pleno centro y contiene el mayor atractivo turístico de la capital de Nepal, que es el conjunto de templos de Durbar Square y sus inmediaciones. Para acceder a esta plaza tan bonita, aunque caótica y algo sucia, hay que pagar 500 rupias nepalíes, algo más de 3 euros al cambio.

    En lo personal, el barrio de Thamel me recuerda mucho al barrio en el que viví durante mi estancia en Nueva Delhi, Paharganj, o al céntrico Old Delhi. Sus calles están repletas de transeuntes, ricksaws, motos y un sinfín de tiendas de todo tipo. A continuación os dejo un par de fotos con detalles bonitos.

    Algunas áreas del barrio podrían ser partes de la ya desaparecida ciudad amurallada de Kowloon, que estaba en Hong Kong y que destacaba por una gran densidad de población y la construcción acelerada y sin plan urbanístico de casas sobre casas. Por ejemplo, esta imagen de aquí debajo define esto a la perfección.

    Termino con una recomendación de restaurante. El restaurante no es de comida nepalí, sino coreana, pero ambas son igual de picantes así que mucho cuidado con la dosis de capsicina. El sitio se llama Dak-Galbi Korean House y está en la calle Lyakusa Galli, cerca de Durbar Square. en este restaurante te puedes sentar en el suelo sobre un cojín, y disfrutar de comida exótica de calidad a un precio asequible. Tiene muy buenas puntuaciones en TripAdvisor.

    DieQuito

  • Buddha Air: tu aerolínea de confianza

    El día ha comenzado bien temprano con una subida en Cable Car hasta el mirador de Sarankot, pero no ha habido suerte a la hora de observar el Annapurna Range. Todo el cielo estaba encapotado y apenas de podía observar la silueta del Fish Tail…

    El madrugón ha servido para poco pero luego ya hemos puesto rumbo al aeropuerto para coger un avión de hélices rumbo a Kathmandú. Estos vuelos internos en estos países siempre le dan a uno mala espina, pero lo cierto es que el viaje ha sido muy tranquilo, aunque ha despegado con más de 2 horas de retraso debido a la densidad de aviones que sufría el aeropuerto de Kathmandú durante toda la mañana.

    El aeropuerto de Pokhara me ha sorprendido mucho porque aunque es muy pequeño, tiene un edificio relativamente nuevo y muy resultón.

    Una vez ya en Kathmandú, me he topado de nuevo con el tráfico ratonero y los atascos que ya había olvidado tras estos días en Chitwan y Pokhara.

    DieQuito

  • Museo Internacional de la Montaña y Devi´s Fall

    Después de la pertinente visita a la Stupa de la Paz, que corona una colina con vistas al lago de Pokhara y a la que se accede tras ascender unos 300 escalones, ha llegado el turno de ir al Museo Internacional de la Montaña, que está francamente bien aunque sobre todo falta inversión para hacerlo atractivo de verdad al turista europeo. Además de todas las infografías e información sobre la fauna y flora, me quedo con la parte dedicada a la mítica expedición de Norton y Mallory en 1924, así como a la gloriosa consecución del Annapurna por parte de Maurice Herzog y Louis Lachenal en la década de los 50 que a la postre supuso la primera conquista de un ochomil.

    Después hemos ido a ver la cascada de Devi´s Fall, que curiosamente está en medio de la ciudad, y que no tiene mucho que ver. Se llama Devi´s Fall porque un tal Devi se cayó por aquella cascada en un determinado momento. Ahora mismo está todo bien vallado para evitar que haya otro desgraciado que por culpa de un resbalón terminé al fondo del riachuelo.

    El día ha terminado en el Sky bar del Hotel Sarowar, que destaca por unas vistas magníficas de todo el Lakeside de Pokhara que tan bien recogió Bunbury en su álbum El Espíritu del Vino: un lugar para las promesas y para reencontrarse con uno mismo que pone un broche de oro a un día intenso en esta preciosa ciudad de Nepal.

    DieQuito