Hace casi cuatro años me quedé a tan solo 200 metros de coronar el Chimborazo. Dimos media vuelta cuando acariciábamos la gloria. Fue una decisión difícil de tomar, pero el amanecer se nos había echado encima y cuando el sol calienta la cima de este enorme merengue de 6310 metros, hay un alto riesgo de aludes que conviene evitar. David, mi compañero de cordada, también se lamentaba; pero en esas circunstancias, la lógica impone su ley.
Los otros dos miembros de la expedición, Alexa y Paul, tampoco pudieron alcanzar la cumbre, y tuvieron que detenerse unas decenas de metros más arriba…
Lo sentí como una ocasión perdida, un sueño que se desvanecía, un tren que se escapaba, quizás para siempre…
Desde entonces, muchos acontecimientos se han ido encadenando. Regresé de mi estancia en Ecuador y en verano de 2012 viajé a Nepal para intentar conquistar el Tharpu Chuli, pero el clima no lo permitió. Inmediatamente después vinieron todos aquellos meses en India, que terminaron con el viaje en bicicleta desde Nueva Delhi hasta las faldas del sagrado Nanda Devi en mayo de 2013. Durante el pasado invierno (2014) viajé con Alberto Bescós al norte de África para coronar el Toubkal, ascensión que conseguimos gracias a que la borrasca nos dio tregua durante un par de días.
La aventura de este año cierra el círculo, regresa a uno de los puntos de partida: el taita Chimborazo.
Cuando les prometí a mis amigos quiteños que regresaría a Ecuador para intentar coronar el Chimbo lo dije con la boca pequeña, inquieto quizás por estar hablando más de la cuenta. Hoy en cambio puedo anunciar que ya está todo confirmado, con los billetes de vuelo reservados y el plan de aclimatación más o menos concretado.
Mi compañero de aventura será de nuevo Alberto Bescós, que visitará el continente americano por primera vez. Para conseguirlo contaremos con la inestimable ayuda de la Asociación Andinista Nuevos Horizontes y del mítico Jorge Castillo, que fue mi guía en la ascensión al Cotopaxi en 2011. Jorge también está emocionado por el reto e ilusionado porque nos volvamos a ver después de casi un lustro.
En esta ocasión, pasaremos al lado de «nuestra montaña» (el Cotopaxi) admirándolo desde la Panamericana, desde la tranquilidad de los 3000 metros, rumbo al punto más cercano al astro rey, la cima del Chimborazo.
La fecha: septiembre 2015.
DieQuito
Comentarios recientes