• Conferencia en mi antiguo instituto

    IMG_0202

    Hará ya unos meses que mi antiguo profesor de gimnasia del Instituto Pablo Gargallo de Zaragoza se puso en contacto conmigo después de 10 años para comentarme que se jubilaba y que se había enterado de mis viajes y aventuras y que le haría mucha ilusión que diese una charla para sus alumnos en su último mes como docente.
    No le deje ni siquiera terminar la frase y le respondí afirmativamente, que contase conmigo.
    Pues bien. Hace  unos días, el 18 de diciembre, tuve el placer de explicar mis viajes a las clases de bachillerato y cuarto de ESO del mencionado instituto en el mismo Salón de Actos en el que hace más de una década recibí mi graduación.
    Di un paseo a lo largo de los últimos 4 años, recorriendo mi etapa desde el fin de los estudios en Barcelona en 2010, mi estancia en Ecuador y mis conquistas andinas en 2011, mi viaje a Nepal en 2012, mis meses en la India y el viaje en bicicleta por Uttar Pradesh en 2013, para terminar con el viaje a Marruecos y la ascensión del Toubkal en la pasada primavera.
    Fue un auténtico placer enseñar a los adolescentes los placeres de viajar y las sorpresas que les aguardan a la vuelta de la esquina. Ellos se mostraron muy interesados y en su mayor parte, callados durante los más de 60 minutos de conferencia.
    Como colofón, me hicieron entrega de una bandejita de recuerdo del IES (en la imagen).
    Una entrañable experiencia volver tras la petición de un miembro del profesorado. Sin duda, ha olvidado mis pillerías en las aulas aunque todavía me recordó que en sus clases de gimnasia iba “a medio gas”.
    Gracias Jesús Gazol e Idoia Saiz, del PIEE, y al Instituto Pablo Gargallo.

    DieQuito

  • Cotopaxi, 1 año después

    264491_178222138903566_2382497_n

    264586_178222165570230_1824214_n

    267354_178222268903553_2754007_n

    268253_178222292236884_2957847_n

    Hoy se cumple año…Hace justamente  365 días, estaba cumpliendo un reto personal que me había propuesto en diciembre de 2010. Coroné el Cotopaxi alrededor de las 8 de la mañana, con un frío del carajo, un viento blanco que te traspasaba fulminando tu energía y con unos tímidos rayos de sol que calmaban mis temores por el descenso. Todavía hoy, cuando acabo de despertarme y me vienen imágenes de aquello a la mente, no terminó de creerme por completo que yo estuve allí, en uno de los lugares más hostiles de Ecuador.

    Con orgullo lo recuerdo y por eso hoy hago esta efemérides.

    En este año 2012, habrá más sorpresas todavía… Muy pronto

    DieQuito

  • Las capas del pastel (día 92)

    LAYER CAKE

    A Historias de DieQuito le quedan todavía una docena de artículos de vida, pero el fin se está acercando y no querría completar mi cuaderno de bitácora sin hacer una retrospectiva de mis excursiones andinas, no sería lógico.

    De izquierda a derecha, de arriba a abajo: Ruco Pichincha, Sincholagua, Heart Peak, Ilinizas Norte, Cotopaxi, Chimborazo.

    Ruco Pichincha (4696m). Cima. Mi primera excursión de alta montaña. Una aventura al lado de la que ha sido mi ciudad durante 3 meses, pero que suponía rozar la altitud del Mont Blanc. La primera capa del pastel…

    Sincholagua (4919m). Cota 4750m. Yo venía de coronar el día de antes el Ruco Pichincha y para más inri, la ruta del Sincho tenía una distancia de más de 20 kms. Nos quedamos a 1 hora de la cima, a 4750m, en una zona umbría en donde la nieve decoraba las laderas como si de azúcar glacé se tratase.

    Heart Peak (4788m) Cima. El Cerro Corazón fue la tercera y última montaña antes de dar el salto cualitativo a los cincomiles. Una niebla espesa como la nata nos privó de unas buenas vistas desde lo más alto.

    Ilinizas Norte (5126m) Cima. La visita a los picos hermanos es la que yo considero como mi primera gran ascensión, la que supuso un cambio y me hizo saber que las metas superiores eran un objetivo realista. Su escarpada cumbre, salpicada por bloques de hielo que semejaban a limaduras de chocolate blanco, fue un reto que nos llevó dos días de caminata.

    Cotopaxi (5897m) Cima. Coronar el volcán activo Cotopaxi era el sueño de mi viaje a Ecuador. Este gran merengue no lo puso nada fácil y durante toda la noche tuvimos que soportar un viento blanco que nos dejó convertidos en tartas heladas. Sufrimiento, dominio mental y tesón serían las tres palabras que definirían esta exitosa ascensión.

    Chimborazo (6310m) Cota 6100m. Tras la tortura del Coto, mis ánimos estaban por los suelos como para intentar subir la cima más alta del país. A pesar de ello, varios amigos españoles me convencieron y con algunos miembros de NN.HH emprendimos está última expedición a la última frontera…los 6000m. Tumbar esa barrera psicológica y física fue la dulce guinda que puso fin a mi pastel andino.

    Mi vida de andinista va a ser como unos fuegos artificiales: brilla con mucha intensidad pero durante muy poco tiempo…Sin embargo, en los Pirineos queda mucho camino por recorrer…Próximo objetivo: Aneto 2012.

    DieQuito

  • Rumbo al Cotopaxi (día 62)

    VISTA AEREA VOLCAN

    La cima del Cotopaxi vista desde un avión (www.acuario27.com)

    Y llegó el gran día. Desde que supe que mi destino había sido Ecuador, siempre deseé subir esta montaña, el Cotopaxi. Su perfil muy parecido al Fujiyama, haber sido la última expedición de renombre de Reinhold Messner, la leyenda que subió los 14 ochomiles por primera vez, o simplemente sus casi 6000 metros lo convirtieron en el gran atractivo de mi estancia. Mañana, alrededor de estas horas (8:00-15:00 en España) habré alcanzado la cumbre si todo ha ido según lo previsto.

    El clima debe estar de nuestro lado; no se puede uno plantear ir a la cumbre del Cotopaxi de noche y con ventisca o nula visibilidad. Pero hay una parte buena, y es que me quedan aún 40 días en Ecuador y tengo tiempo para varios intentos más sino lo logro a la primera.

    Dentro de hora y media saldremos por carretera rumbo al volcán. En dos horas estaremos ya en sus faldas. A Jorge y a mi nos acerca un amigo y compañero de trabajo, Tomás, que tiene previsto subir hasta el refugio. Una vez allí, a 4800 metros de altura nos aguardan unas 12 horas de espera que sirven como buena aclimatación. Comeremos, descansaremos y finalmente dormitaremos hasta la medianoche. Cerraremos los ojos al menos, lo cual es reparador. Y cuando toquen las doce campanadas…empezaremos a caminar como sonámbulos hacia un lugar en el que literalmente tocas el cielo con las manos. Una abrazo fuerte.

    DieQuito