Escalando en Le Petit Gailland

A media mañana hemos cogido el material de escalada en roca, que habíamos metido en la furgoneta por si la ascensión salía bien a la primera, y nos hemos acercado hasta Le Petit Gailland. Una pared de unos 100 metros de longitud situada a la entrada de Chamonix.

Tiene un montón de vías bien equipadas y de distinto grado, aunque no está tan bien señalizado como en La Gruviera, a la que fuimos en 2017 después del Gran Paradiso.

Yo todavía estoy algo cansado del Mont Blanc así que he subido un par de rutas más por aburrimiento que por ganas. Debería retomar en serio la escalada en roca… porque es como los idiomas. Si la dejas, se pierde todo lo ganado bien pronto. Unos franceses estaban empecinados con sacarse una vía 7a, y se han pegado casi 2 horas turnándose hasta que finalmente uno de ellos lo ha conseguido.

Por la tarde, hemos vuelto a ir a Chamonix a hacer la últimas compras. Hoy es nuestra última noche aquí y mañana emprenderemos el regreso, visitando Ginebra y durmiendo en Valence, como al regresar del Cervino en 2017. Marcos quiere una revancha a los karts… pero yo practiqué recientemente en Samper de Calanda. Volverá a tragar humo.

La canción de hoy es Lemonade de Braids

DieQuito

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