El Cotopaxi comenzó a expulsar cenizas a mediados de agosto. Desde entonces, periodicamente, Machachi, El Chaupi, Latacunga y el resto de poblaciones que rodean al volcán han sufrido sus intermitentes emisiones.
Ayer nos tocó sufrirla nada más llegar a La Virgén, desde donde comenzamos la caminata rumbo al refugio de los Ilinizas. De esta guisa nos pusimos en marcha.
Llegamos al refugio de Ilinizas, a 4700 metros, casi anocheciendo y allí estaban dos franceses degustando unos suculentos spaguettis. La noche iba a ser muy larga, sobre todo por la altura. Degustamos unos tacos de carne picada e intentamos dormir. Yo, personalmente solo dormí 3 horas de las 9 que estuvimos metidos en el saco. Es muy desesperante, pero la aclimatación es así.
Hoy por la mañana hemos partido hacia la cima de este precioso cincomil, aunque estaba bastante cubierto por la ceniza del Cotopaxi. Luego el viento se ha puesto de nuestro lado y se ha llevado lejos las emisiones del volcán.
Hemos coronado pasado el mediodía con unas vistas espléndidas de las montañas circundantes, incluso al caer la tarde hemos podido ver al propio Cotopaxi, que ya no brilla con el blanco de siempre, sino con un negro carbón.
Nos hemos despedido del refugio en el que hemos pasado las últimas 22 horas. 22 horas a 4700 metros que no vienen nada mal para la aclimatación. Ahora de nuevo estamos en la agradable altitud de Quito, 2800 metros, para descansar plácidamente.
DieQuito
Animo Diego. te sigo todos los dias