Ya de nuevo en la rutina, pero con un buen sabor de boca de Tailandia pese a que ha habido varias cosas que no me han gustado nada como todos sabéis. Voy a omitirlas al máximo en este post porque no quiero ser redundante, y además sería injusto con el conjunto del país.
En primer lugar debo hablar de Bangkok, ciudad que era una completa desconocida para mí y de la cual tenía un concepto erróneo. Si hace dos semanas la hubiese tenido que poner en el lado de las Kathmandú, Dhaka etc, o en el lado de Honk Kong, Singapur etc. La hubiese puesto en el primero, en el lado de las ciudades asiáticas poco desarrolladas, sucias y caóticas. Sin embargo, Bangkok, con su skyline y su ambiente, se coloca de sobras en el lado de las nuevas ciudades de Asía.
Después me toca hablar del sur de Tailandia, de las islas que visitamos. Las junglas, los monos, las aguas cristalinas y un clima excelente todos los días hacen que aquella pequeña intoxicación en Krabi pasé a un segundo plano, al baúl de las cosas olvidadas. Phi Phi Island es un excelente lugar para relajarse y disfrutar del sol y playa.
Cierto es que en el tintero se nos quedaron varios lugares por visitar, como los templos del norte del país, la extraña isla de Kao Thapu, el mercado flotante o hacer submarinismo. Pero estoy seguro de que Tailandia es un país al que voy a regresar tarde o temprano así que no me preocupa demasiado.
Por último, quiero mencionar a los dos colegas que vinieron conmigo, David y Guru. Ambos han sido grandes compañeros de viaje y todavía se oyen los ecos de nuestras carcajadas allá por donde pasamos. La risa ha sido sin duda la cuarta pasajera. ¿Para cuándo la próxima aventura?
InDieQuito
Imagen: buscounviaje
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