• Post-Tailandia (día 71)

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    Ya de nuevo en la rutina, pero con un buen sabor de boca de Tailandia pese a que ha habido varias cosas que no me han gustado nada como todos sabéis. Voy a omitirlas al máximo en este post porque no quiero ser redundante, y además sería injusto con el conjunto del país.

    En primer lugar debo hablar de Bangkok, ciudad que era una completa desconocida para mí y de la cual tenía un concepto erróneo. Si hace dos semanas la hubiese tenido que poner en el lado de las Kathmandú, Dhaka etc, o en el lado de Honk Kong, Singapur etc. La hubiese puesto en el primero, en el lado de las ciudades asiáticas poco desarrolladas, sucias y caóticas. Sin embargo, Bangkok, con su skyline y su ambiente, se coloca de sobras en el lado de las nuevas ciudades de Asía.

    Después me toca hablar del sur de Tailandia, de las islas que visitamos. Las junglas, los monos, las aguas cristalinas y un clima excelente todos los días hacen que aquella pequeña intoxicación en Krabi pasé a un segundo plano, al baúl de las cosas olvidadas. Phi Phi Island es un excelente lugar para relajarse y disfrutar del sol y playa.

    Cierto es que en el tintero se nos quedaron varios lugares por visitar, como los templos del norte del país, la extraña isla de Kao Thapu, el mercado flotante o hacer submarinismo. Pero estoy seguro de que Tailandia es un país al que voy a regresar tarde o temprano así que no me preocupa demasiado.

    Por último, quiero mencionar a los dos colegas que vinieron conmigo, David y Guru. Ambos han sido grandes compañeros de viaje y todavía se oyen los ecos de nuestras carcajadas allá por donde pasamos. La risa ha sido sin duda la cuarta pasajera. ¿Para cuándo la próxima aventura?

    InDieQuito

    Imagen: buscounviaje

  • Regreso (día 70)

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    Jamás paso miedo en los aviones, pero ayer reconozco que varios ruidos me inquietaron a lo largo de todo el viaje de regreso a Nueva Delhi. El primero de todos, un ruido de rozamiento y fricción que se inició al despegue y que duró más 20 minutos. Un sonido bastante molesto que comenzó de repente.

    A partir de aquí uno se pone sobre alerta y probablemente le da más importancia a todos aquellos pequeños ruiditos que se producen a lo largo de cualquier vuelo.

    Aterrizamos en Delhi pasadas las 4 de la madrugada y entre que salimos del control de pasaportes y llegamos a nuestra casa eran ya más de las 5 y media cuando me acostaba, habiendo puesto antes el despertador a las 8 porque hoy, tocaba dar el callo en el trabajo.

    Por cierto, en el aeropuerto de Bangkok pude por fin ver en vivo el imponente Airbus 380, el mayor avión de pasajeros que ha surcado los cielos jamás y que lleva en activo desde 2005 (en la imagen).

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    Tras una ducha de agua fría he puesto rumbo a la Embajada, hacia un aciago día de sueño, trabajo acumulado y depresión post vacacional. Un bad day at the office en toda regla para ser sinceros.

    InDieQuito

  • Sorpresa en Bangkok (día 64)

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    Nuestra historia en Bangkok comenzó con un buen plan ejecutado a la perfección. Resulta que inicialmente venían al viaje dos compañeros de la embajada, David y Guramar. Aunque al final decidí subirme yo también al carro y solo David estaba al corriente de ello.

    Así pues, en esta tesitura, acordamos que sería divertido darle una sorpresa a nuestro amigo Guramar (Guru para los amigos) en el aeropuerto de Bangkok.

    El plan, aunque interesante, presentaba dificultades como compartir no solo el mismo aeropuerto, sino también el mismo check-in, las mismas colas de seguridad y el mismo avión.

    Las precauciones no fueron pocas. Decidí afeitarme la barba tras 3 meses sin hacerlo, me vestí de sport y portaba gorra y gafas de sol. Además acudí al aeropuerto en otro taxi, obviamente. Ya en la terminal tuvimos el primer sobresalto cuando tras una pequeña confusión sobre nuestra posición a través del Whatsapp con mi cómplice David, tuve que pasar caminando al lado de Guru en dirección al avión.

    Una vez sentados ya no hubo mucho problema aunque antes hubo una anécdota graciosa. Cuando estaba recogiendo mi tarjeta de embarque le pregunté a la chica que me atendía por los asientos de mis amigos, ella me pregunto muy amablemente que sí quería sentarme con ellos y yo le respondí que me colocase lo más lejos posible. Su cara fue un poema.

    Tras aterrizar en Bangkok y pasar el control de pasaportes, David y yo nos encontramos y esperamos juntos a Guru, que tenía que pasar por otra cola. David se sorprendió de lo diferente que estaba sin barba y con el nuevo atuendo así que decidimos ir más allá y cuando nuestro amigo llegó, David me presentó como un español llamado Felipe que quería compartir taxi. No solo no me reconoció sino que me dio la mano e intercambiamos unas palabras.

    Finalmente decidimos dar por terminada la broma y me quité las gafas de sol y la gorra. El gesto de sorpresa en la cara de Guru no puede expresarse con palabras.

    Tras llegar al hotel muy cansados por el viaje, salimos a cenar algo ligero y fuimos pronto al catre. Quedaba para hoy un día duro por delante.

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    Bangkok ha amanecido mostrándonos su espectacular skyline (imagen 3) y una de nuestras primeras visitas en Tailandia ha sido el Gran Palacio de Bangkok (imagen 4), al que llegamos tras un paseo en barco por el río Chao Praya, Imprescindible, es uno de esos contados lugares que me ha dejado anonadado. Pagodas, budas y palacetes recargados de brillantes te rodean allá por donde vas emborrachándote con su belleza. Después de la visita cultural hemos ido a las populares calles de Siam Square (imagen 5) y a media tarde hemos tenido que irnos al aeropuerto de Bangkok para volar hacia Phuket.

    Tras un vuelo de poco más de 1 hora de duración hemos aterrizado en la isla más grande del país, que nos ha recibido en medio de la oscuridad. Es un lugar mucho más tranquilo de lo esperado. Ahora mismo os escribo desde el hotel de Pa Tong Beach, poco antes de salir un rato de marcha ¿qué tal serán las fiestas en este rincón del mundo?

    InDieQuito

  • ¡Tailandia nos espera! (día 63)

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    Sí la estancia en Ecuador se caracterizó por viajes de un día y escapadas de fin de semana, como por ejemplo a Baños, a Mindo, a la Provincia de los Lagos o todas las salidas a la montaña. En la estancia en India son más habituales los grandes viajes: primero Nepal, luego Mumbai y ahora… Tailandia!!!

    Dentro de unos minutos estaré en pleno despegue en dirección a Tailandia. Esta vez no viajo solo porque voy con dos compañeros de trabajo que tienen las mismas ganas que yo de explorar este país de película.

    Primero llegaremos de noche en Bangkok, en un ambiente que nos recordará al de la película Bangkok Dangerous de Nicolas Cage. Al día siguiente hacia el sur del país, en donde nos esperan Phuket y las Phi Phi Islands, un paraíso terrenal que pudimos ver en la película protagonizada por Leonardo Di Caprio “La Playa”. Allí disfrutaremos tres días entre finas arenas y aguas cristalinas al más puro estilo de James Bond en “El hombre de la pistola de oro”. Finalmente regresaremos a la bulliciosa capital para pasar uno de los fines de semana más locos de toda nuestra vida, inspirándonos como no podía ser de otra manera en Resacón 2 ¡Ahora en Tailandia!

    Tailandia es una gran desconocida, pero al menos en el aeropuerto de Bangkok estará una amiga mía esperándonos. Una amiga francesa que conocí en Quito el año pasado y que nos guiará en los siempre difíciles primeros pasos en un país tan diferente.

    InDieQuito

    Imagen: cnngo, beachthailand