Los lectores más veteranos de este blog recordarán el suceso del perro, aquel que aconteció en Ecuador. En aquella ocasión, me mordió un perro callejero y me fue imposible encontrar una vacuna contra la rabia; a partir de aquel día uno de mis cometidos diarios era vigilar que el perro estuviese bien al menos durante un mes.
Nueva Delhi está infestada de perros callejeros. Se hizo mucho trabajo para los Juegos Olímpicos de la Commonwealth, que se disputaron aquí en 2010, pero a pesar de ello, a día de hoy se calcula que 60,000 perros merodean sin dueño por las calles de la capital india.
Es muy habitual, cuando se llega de madrugada a casa, ver como media docena de perros están acostados en la calle, a escasos metros del portal. Cuando te escuchan aproximándote se alarman y empiezan a ladrar y a acercarse con tono amenazante. La única medida preventiva que conozco es agacharse como para coger una piedra ya que todos huyen despavoridos. Por lo visto conocen muy bien ese gesto, que precede a un agudo dolor y por conductismo, lo tienen muy asimilado.
Ya he tenido algún que otro susto e incluso una vez tuve que encaramarme a una valla porque no me dio tiempo a hacer el socorrido gesto de la piedra. ¡Suerte, valor y al perro!
InDieQuito
Imagen: marmotarroja
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