• De nuevo en la capital (día 68)

    mixx-bangkok-300x199

    lamborguini-bangkok-300x199

    ticket-final-futsal-300x199

     hotel-resacon-2-300x199

    Mandarin-oriental-bangkok-300x199

      french-bangkok-300x199

    Finalmente, y a pesar de que no estaba muy católico, decidí salir a probar la noche de Bangkok. Al fin y al cabo solo me quedan dos días en esta ciudad así que hay que exprimirlos al máximo. Las mejores discotecas de la ciudad están debajo de los hoteles de lujo y por eso fuimos directos al Hotel Intercontinental, que tiene en su sótano la exclusiva discoteca Mixx (imagen 1)

    Calificar el ambiente de la discoteca como raro sería un eufemismo que ni el hotel Intercontinental ni la discoteca en sí se merecen. El local, con dos salas decoradas con esmero, destaca por su buena música y sus preciosas gogós, pero de nuevo vuelve a pecar de ser un pozo de prostitución; trata de blancas consentida y me atrevería a decir que espoleada por los propios gerentes del local, y por ende, por una cadena hotelera del prestigio de Intercontinental.

    En primer lugar, las camareras se dedican a acercar a los occidentales a los grupos de mujeres tailandesas. En segundo, tienen la misión de asegurarse de que todo occidental esté bebiendo alcohol mientras se encuentre en la discoteca. Si te queda menos de la mitad del cocktail se acercan para ver si quieres otro y si osas a estar unos minutos sin una bebida en las manos vienen con la libreta y el bolígrafo en la mano para apuntar el siguiente pedido. En mi caso, teniendo en cuenta que mi estómago estaba todavía convaleciente, me bebí el cocktail que te brindaban con la entrada y decidí bailar un rato sin una copa en la mano. Entonces se me acercó la camarera para ver si quería algo más, le dije 3 veces que no y a continuación vino con seguridad para amenazarme.

    En ese momento, teniendo ya claro que que el ambiente era horrible y que no se puede disfrutar de la noche como en Europa decidimos largarnos de la discoteca, que ya califico como putiferio le pese a quién le pese.

    ———————————————————————————-

    Por la mañana temprano hemos ido al lujoso centro comercial Siam Paragón, en donde marcas de coches como Lamborghini (imagen 2), Maseratti o BMW tienen sus coches en la tercera y cuarta planta, como si de tiendas de ropa se tratara. La tecnología y las marcas de ropa cara son otros de sus elementos diferenciales (Bang & Olufsen, Louis Vuitton, Chanel, Versace, Prada, Hermes etc)

    A mediodía nos hemos acercado hasta el Indoor Stadium de Bangkok en donde mañana tendrá lugar la final de la Copa del Mundo de Fútbol Sala que enfrentará a Brasil y a nuestra amada selección. Hemos conseguido entrada gracias a unas pequeñas partidas que fueron devueltas y de esta manera nos hemos ahorrado la incertidumbre y el dinero de tener que ir a la reventa antes del encuentro (imagen 3).

    Por la tarde hemos ido al hotel de la película Resacón 2 (el rascacielos de la cúpula dorada) y hemos disfrutado de sus espectaculares vistas (imagen 4), sin embargo, el clima amenazaba lluvia y hemos optado por no arriesgarnos a pedir un café de 5 euros que tuviésemos que dejar a mitad. Muy cerca está el hotel Mandarín Oriental, una perla de lujo asiático que sí que tiene terraza cubierta al lado del río (imagen 5). Y en efecto, mientras tomábamos allí el té, se ha puesto a llover a mares durante unos minutos.

    Después de que anocheciese hemos quedado en el Life Center (un centro comercial) con mi amiga francesa Ophélie, que conocí en mi estancia en Ecuador y con la que viajé al Rucu Pichincha, a Baños y a la mitad del Mundo. Ella se encuentra residiendo aquí ahora por trabajo; sin duda somos los dos unos trotamundos (imagen 6).

    Y ahora, dentro de unos minutos saldremos listos a comernos Bangkok, aunque en esta ocasión no me dejaré ver por las discoputecas de los hoteles. ¡Nos vamos a la calle más turística de Bangkok, Kao San Road!

    InDieQuito

  • Sorpresa en Bangkok (día 64)

    airport-delhi-300x199

    viaje-thailandia-300x199

    skyline-bangkok-300x199

    grand-palace-bangkok-300x199

    siam-square-300x199

    Nuestra historia en Bangkok comenzó con un buen plan ejecutado a la perfección. Resulta que inicialmente venían al viaje dos compañeros de la embajada, David y Guramar. Aunque al final decidí subirme yo también al carro y solo David estaba al corriente de ello.

    Así pues, en esta tesitura, acordamos que sería divertido darle una sorpresa a nuestro amigo Guramar (Guru para los amigos) en el aeropuerto de Bangkok.

    El plan, aunque interesante, presentaba dificultades como compartir no solo el mismo aeropuerto, sino también el mismo check-in, las mismas colas de seguridad y el mismo avión.

    Las precauciones no fueron pocas. Decidí afeitarme la barba tras 3 meses sin hacerlo, me vestí de sport y portaba gorra y gafas de sol. Además acudí al aeropuerto en otro taxi, obviamente. Ya en la terminal tuvimos el primer sobresalto cuando tras una pequeña confusión sobre nuestra posición a través del Whatsapp con mi cómplice David, tuve que pasar caminando al lado de Guru en dirección al avión.

    Una vez sentados ya no hubo mucho problema aunque antes hubo una anécdota graciosa. Cuando estaba recogiendo mi tarjeta de embarque le pregunté a la chica que me atendía por los asientos de mis amigos, ella me pregunto muy amablemente que sí quería sentarme con ellos y yo le respondí que me colocase lo más lejos posible. Su cara fue un poema.

    Tras aterrizar en Bangkok y pasar el control de pasaportes, David y yo nos encontramos y esperamos juntos a Guru, que tenía que pasar por otra cola. David se sorprendió de lo diferente que estaba sin barba y con el nuevo atuendo así que decidimos ir más allá y cuando nuestro amigo llegó, David me presentó como un español llamado Felipe que quería compartir taxi. No solo no me reconoció sino que me dio la mano e intercambiamos unas palabras.

    Finalmente decidimos dar por terminada la broma y me quité las gafas de sol y la gorra. El gesto de sorpresa en la cara de Guru no puede expresarse con palabras.

    Tras llegar al hotel muy cansados por el viaje, salimos a cenar algo ligero y fuimos pronto al catre. Quedaba para hoy un día duro por delante.

    ——————————————————————————————-

    Bangkok ha amanecido mostrándonos su espectacular skyline (imagen 3) y una de nuestras primeras visitas en Tailandia ha sido el Gran Palacio de Bangkok (imagen 4), al que llegamos tras un paseo en barco por el río Chao Praya, Imprescindible, es uno de esos contados lugares que me ha dejado anonadado. Pagodas, budas y palacetes recargados de brillantes te rodean allá por donde vas emborrachándote con su belleza. Después de la visita cultural hemos ido a las populares calles de Siam Square (imagen 5) y a media tarde hemos tenido que irnos al aeropuerto de Bangkok para volar hacia Phuket.

    Tras un vuelo de poco más de 1 hora de duración hemos aterrizado en la isla más grande del país, que nos ha recibido en medio de la oscuridad. Es un lugar mucho más tranquilo de lo esperado. Ahora mismo os escribo desde el hotel de Pa Tong Beach, poco antes de salir un rato de marcha ¿qué tal serán las fiestas en este rincón del mundo?

    InDieQuito