Tras haber recuperado las fuerzas en el día de ayer, que lo pasamos al completo en el camping, hoy ha llegado el momento de ponerse las pilas y hemos madrugado para ir al Tacul. Sin embargo, no hemos madrugado lo suficiente porque aunque a las 8:30 estábamos en las taquillas del teleférico de le Aiguille Du Midi… no hemos podido subir a él hasta pasado el mediodía. Esto ya ha fastidiado por completo nuestros planes de subir el Tacul, pero no los de aclimatar.
Tras alcanzar la Aiguille du Midi con el teleférico, nos hemos calzado los crampones para bajar por la imponente arista de Les Cósmiques. Aquí ya respirábamos a más de 3700m, así que nuestros cuerpos han comenzado a habituarse a la altitud.
Hemos bajado a la Valeé Blanche, en donde hemos comido la pizza que nos sobró anoche a los pies del refugio de Les Cósmiques, donde dormiremos el sábado antes de poner rumbo a la cima del Mont Blanc, y hemos puesto rumbo a las laderas del Tacul, en donde queríamos examinar un paso comprometido en una grieta. Y menos mal, porque ha sido bastante peliagudo y en la madrugada del domingo tendremos que cruzarlo de noche…
En estos lugares inhóspitos no hay nada como las canciones oníricas Marillion and the Positive Light: Estonia
Después, lo hemos bajado rapelando y hemos regresado a la Aiguille du Midi porque el tiempo apremiaba ya que en teoría el último teleférico bajaba a las 17:00. Sin embargo, al llegar nos han comunicado que hasta las 19:30 podíamos esperar. Así que hemos seguido aclimatando.
El problema ha venido luego, cuando hemos ido al Super U a comprar algo de víveres. Hemos entrado en el supermercado a las 8 menos 5, y cerraban a las 8. Solo teníamos que coger algunas cosas concretas y hemos supuesto que nos darían algo de cuartelillo para pagar… sin embargo a las 20:00 nos han pedido que abandonáramos el local… que ya era la hora. Hemos ido a la caja pero nos faltaba el agua mineral por coger, ¡y no nos dejaban! Alucinante… al final una señora se ha apiadado de nosotros y nos ha acercado unas botellas que tenía a mano, pero vaya modales y qué poca humanidad…
Magret de canard, paciencia y a dormir, que a una que yo me sé le duele la cabeza del mal de altura.
DieQuito
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