El centro histórico de Quito es el mayor casco antiguo de Sudamérica. Calles empedradas con adoquines se escurren entre los edificios palaciegos y caserones de siglos pasados con aire colonial que permanecen impasibles ante el paso del tiempo.
Iglesias, monasterios y murallas cargadas con historia colonial se aglomeran en esta zona de Quito, que me recuerda en exceso a las ciudades de la Vieja Europa. La arquitectura es muy similar a el estilo renacentista de Juan de Herrera y al barroco de Alberto de Churriguera y es que España fue la nación que refundó esta ciudad en 1534 dotándola de su impronta.
Uno de sus fundadores, Sebastián de Benalcázar tenía un gran palacete que todavía se conserva. En la actualidad, en la plaza de enfrente, una escultura honra a su persona.
En el apartado curiosidades destacaría que Quito tiene una basílica (en la imagen) que se asemeja a una catedral, y tiene una catedral que se asemeja a una basílica. Lamento no tener una mejor imagen propia de la «basílica» pero hubiese necesitado un trípode y una cámara con regulador de obturador para obtener una buena instantánea nocturna.
Todavía hoy se erigen un montón de conventos repletos de monjas en Quito. América del Sur es muy creyente y la cantidad de claustros, prioratos y cartujas que he visto en funcionamiento en el centro histórico ha sido la prueba más evidente. González Suárez, historiador y Arzobispo de Quito, escribió hace más de 100 años que decenas de pasadizos comunicaban los cenobios de las monjas con las abadías de los curas. Piensen mal y acertarán.
Imagen 2: vuelosbaratos
DieQuito
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