Cima en el Ruco Pichincha (día 26)

CIMA RUCO

ESCALADA ECUADOR

NEBLINA

RUCO PICHINCHA

Amaneció soleado y sobre las 7 de la mañana me puse mis botas de montaña, llené mi mochila de Gatorades y barritas energéticas y llamé a un taxi para que me acercara al Teleférico de Quito para ir el solitario hasta a cumbre del Ruco Pichincha (4696 metros).

El Teleférico te abandona a tu suerte a 4000 metros sobre el nivel del mar. Al principio te falta el aire, pero poco a poco te vas acostumbrando. Desde tu posición podías vislumbrar la cima del Ruco (imagen 1) y como eran ya las 8:30 de la mañana no me podía demorar mucho. Al poco de empezar encontré una simpática compañía, Víctor, un ecuatoriano residente en Valencia que estaba en su país de vacaciones. Víctor fue un genial compañero de travesía y un brillante fotógrafo.

Nada más subir unos metros, una densa niebla impulsada por un fuerte viento nos envolvió y nos privó de las preciosas vistas que, minutos antes, nos permitían divisar las cumbres del Cayambe, el Antisana y el Cotopaxi, todos ellos con casi 6000 metros.

Continuamos subiendo mientras yo bebía mate de coca, una infusión que minimiza los efectos del mal de altura. Uno de los efectos más sorprendentes fue el amoratamiento de las manos, Víctor me aseguró que era por la falta de oxígeno.

Conforme íbamos ascendiendo, la vegetación iba disminuyendo, hasta que la montaña parecía un paisaje lunar (imagen 2). Ahí el frío era ya algo patente y los guantes se convirtieron en imprescindibles. A partir de ese punto la cosa se complicaba porque para llegar a la cumbre debías subir una pared casi vertical de rocas a las que te agarrabas como un gato a un jersey de lana (imagen 3).

Y al fin, la recompensa, hacer cima es una grata sensación, sobre todo porque esta montaña es casi tan grande como la mayor montaña de los Alpes (el Mont Blanc). En la cima, un Cóndor cachorro volaba a nuestro alrededor. Se cumplió pues uno de mis deseos, ver a una de estas aves que están en peligro de extinción.

Ya en la bajada, practicamos un deporte al que yo acuñé Stoneboard porque se trataba de resbalar controladamente por un barranco pedregoso. Muy divertido. Cuando ya llevábamos casi 15 kilómetros de caminata nos cogió una tormenta, pero llegamos sanos y salvos al Teleférico. Ha comenzado el Frontier5000… mañana Sincholagua 4919 metros.

DieQuito

There are 2 comments left Go To Comment

  1. David / Post Author

    brutal! quien pudiera estar alli… me ha encantado la narración de las ascensiones a las montañas 🙂
    24-5-2011

  2. DieQuito / Post Author

    Lo cierto es que ha sido bastante espectacular. Estas alturas casi ni existen en Europa.

    25-5-2011

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