• Se aplaza la cuenta atrás… (día 1 bis)

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    Las partidas de tornillos de Aerotyne International , diseñadas específicamente para Boeing, eran estructuralmente perfectas: acero al carbono o titanio sin impurezas y fabricadas con la última tecnología existente en aleaciones. El tornillo 76, del panel 56b, que unía una de las ventanas de la cabina con el fuselaje superior, sufría desde el origen una pequeña fisura no detectada en los escáneres. Esa fisura fue creciendo poco a poco, con cada despegue, aterrizaje y turbulencia, hasta que el 4 de septiembre de 2015, 3 años después de su colocación, quebró y hubo una leve despresurización de la cabina. Era una avería pequeña, pero influía en la seguridad básica de la aeronave. Había que reparar el avión.

    Con este texto de ficción, ya que no tengo ni idea de qué avería sufría nuestro avión, ha comenzado un día horroroso en el aeropuerto de El Prat. A la hora de facturar nos han comunicado que nuestro avión se había retrasado por motivos técnicos hasta las 5 de la tarde. El reloj marcaba las 8:54 de la mañana, así que hemos recibido la noticia como un jarro de agua fría matutino.

    Dentro de lo que cabe, la Terminal 1 del aeropuerto de Barcelona tiene un shopping área digno de Dubai, así que tampoco era algo dramático. Sin embargo, esta demora nos hacía perder el enlace con Quito y así no vamos a poder llegar a Ecuador hasta mañana por la noche, en el mismo vuelo Atlanta-Quito que teníamos previsto coger hoy, pero con otra fecha.

    Ahora sí que nos trastoca los planes pues perdemos un día de aclimatación a la altura. Delta Airlines nos ha pagado un desayuno en el Jamaica y una comida en el Mussol, en donde los camareros nos han tratado excepcionalmente bien regalándonos una ensalada, una sandía y un helado de chocolate. Sitio muy recomendable.

    Esta noche dormiremos en Atlanta, en un hotel a pensión completa, y es probable que salgamos un rato a disfrutar de la noche americana.

    Mañana visitaremos la ciudad olímpica desde primera hora, y por la tarde, por fin, pondremos rumbo a nuestro destino.

    La mejor parte viene ahora y es que por este retraso inesperado nos corresponde una indemnización de alrededor de 600 euros. Al final, va a merecer la pena este día de trekking por El Prat.

    Ahora sí, tras este retraso en el lanzamiento del cohete, comienza la cuenta atrás.

    DieQuito

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