• Segundo intento (día 141)

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    Las cosas adquieren mucho más valor si son difíciles de conseguir. El visado de Pakistán ya nos fue negado una vez, en Diciembre del año pasado, cuando fuimos por libre a solicitar una visa de turista. Ahora hemos vuelto a la carga con una misiva de la Embajada de España que certifica que trabajamos en la sede diplomática y en la que se pide educadamente que se nos dé el permiso para entrar en el país. La carta ya debe de estar delante de las narices del Secretario de visados.

    Esperamos que sirva de algo. Si en esta segunda ocasión volviésemos a toparnos con una negativa, lo más lógico sería desistir, porque aunque se suele decir que a la tercera da la vencida, en este caso quizás sea una señal de que no debemos ir allí.

    Dedos cruzados de nuevo. David y yo esperamos tener alguna noticia antes de que acabe esta semana para poder ir organizando el viaje en sí, que será, con toda seguridad, más sencillo que obtener el documento de entrada.

    InDieQuito

    Imagen: sealingwaxes

  • Visado denegado (día 101)

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    Rechazados. Nos hemos quedado sin visa para Pakistán y con una cara de bobos hasta el suelo. Encima, nos han tratado fatal porque no ha habido ni entrevista. Nos han tenido más de 1 hora esperando en la acera, fuera del recinto de la Embajada para al final lanzarnos los pasaportes a través de una ventanilla y encima con una sonrisa en la cara.

    El proyecto Pakistán se ha caído antes de empezar, así que todos los viajes hasta la sede diplomática pakistaní han sido una completa pérdida de tiempo. Espero que algún día tenga la oportunidad de entrar en Pakistán, aunque no con Lahore como destino, sino para hacer un trekking por el inhóspito Karakorum. De ilusiones se vive o eso es al menos lo que dicen.

    Nos tendremos que conformar con Amritsar y su templo dorado, el cambio de guardia en la frontera con Pakistán y con la futurista ciudad de Chandighar, que no es poco.

    InDieQuito