He dormido fenomenal, aunque he de reconocer que a las 5 y media de la mañana me he sobresaltado con la llamada del muecín desde el minarete que está a tan solo un par de calles. Se han pasado con el volumen de los altavoces. Con la tecnología ya nada es lo mismo…
Mi primer desayuno en Marruecos se ha visto severamente condicionado por la celiaquía y con apenas alimento hemos puesto rumbo al refugio Netler. Ha venido con nosotros un grupo de montañeros de Madrid, que también pretende coronar el Toubkal.
Después de las primeras pendientes por pista (imagen 1) hemos llegado a un pedregoso lecho de un río que ahora baja medio seco, esperando con ansias el deshielo (imagen 2). Poco después el sendero se ha vuelto a empinar y hemos ido haciendo algunas pequeñas paradas. En este valle a todos nos sobraba ropa porque, a pesar de las laderas nevadas que ya teníamos al alcance de la mano, el sol se concentraba en este valle de manera excepcional.
En estas paradas aprovechábamos para hidratarnos en puestos bereberes en los que vendían artesanía, fósiles, máscaras y geodas.
La nieve ha hecho por fin su acto de presencia alrededor de los 2900 metros, aunque con muy poca regularidad. Las abundantes calvas indican que este no ha sido un año muy nutrido en nevadas. (imágenes 3,4 y 5)
Por fin, tras unos 11 kms, al final de un largo valle, se vislumbra una especie de austero castillo, que es el refugio al que nos dirigimos. 3207 metros de altitud y última parada antes del ataque a cima.
Por la tarde se ha puesto a nevar de forma copiosa y el cielo se ha encapotado, lo cual nos está preocupando sobremanera (imagen 6). Aún así, nos convencemos de que hay que estar tranquilos ya que todavía tendríamos muchos días para rezar por el buen tiempo, en el caso de que mañana amaneciese en medio de la tormenta.
Estamos a tan solo un paso y aunque el temporal parece haberse adelantado, quizás sean tan solo una nubes de avanzadilla. Quizás al pelotón esté a varios kms y podamos llegar mañana a la cumbre sin problemas.
Los pensamientos bullen en mi cabeza, ajena por el momento al mal de altura, pero por ahora el plan es inamovible. Esperamos poder ver las estrellas después de cenar, porque será sin duda un buen síntoma, un síntoma de cima.
DieQuito
Noche en M´Zik
(Texto original publicado el 7 de marzo por Jorge Puente comentando nuestra noche en M´Zik y la partida hacia el refugio.)
Ayer comenzó la acelerada aclimatación que han tenido que improvisar debido al mal tiempo. Han comenzado con la ascensión a uno de los pequeños de la cordillera: el Tasserimoute. Este pico de poco menos de 3000 metros ha sido el comienzo, por fin, de esta gran aventura.
Tras el trekking han descendido unos metros para pernoctar en M’zik, una pequeña población construida con adobe sobre la ladera de la montaña. Han dormido a unos 1800 metros sobre el nivel del mar para reponer fuerzas y hoy se dirigen al mítico refugio Netler, a 3200, para pasar la noche.
Comentarios recientes