Mi amigo Guramar, el indio con el que fuimos David y yo a Tailandia, me prometió al poco de conocerme allá por octubre que un día me haría un turbante sardarji, de esos que llevan los Sikhs, religión que él profesa.
Anoche fue el día con motivo de una fiesta de disfraces que no tuvimos mucho tiempo de organizar. Después de que la semana hubiese volado y sin ningún disfraz en la chistera acordamos que ir vestidos de Sikhs sería una excelente solución socorrida.
Sevillanas, Salvador Dalí, un jugador de fútbol americano, un miliciano de Mao, un cura, un obrero y el mismísimo Jesucristo fueron algunos de los asistentes al rooftop de los becarios, sitio habitual de celebraciones en el que se organizó dicha fiesta por el carnaval y el cumpleaños de Eva.
A medianoche hubo también tarta con velas, bombones y regalos y es que no sé porque pero parece que aquí todos seamos Acuario… Luego echaremos de menos las fiestas de cumpleaños.
Toda una experiencia llevar un turbante sardarji y aunque ayer no pasé calor debido al clima frío de febrero, uno ya se hace a la idea del calor que puede dar ese atuendo en pleno verano.
InDieQuito
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