El primer día que comencé mis excursiones andinas con la cima del Ruco Pichincha, uno de los dos volcanes que están a la vera de Quito, subí en el espectacular teleférico que ya se ha convertido en uno de los atractivos turísticos de la ciudad.
Ubicado en la zona centro-oeste de la ciudad, el teleférico tiene su punto de origen a unos 3000 metros y salva un desnivel de un kilómetro en tan solo unos minutos. Cuando vas montando en una de las cabinas puedes ir observando la magnitud de la capital del país y, si tienes suerte y el cielo está despejado, las majestuosas montañas de los andes ecuatorianos.
Alrededor de las instalaciones de teleférico, en la zona inferior, hay un parque de atracciones y varios negocios de venta de artesanía, así como pequeños centros comerciales que no han terminado nunca de funcionar bien desde la apertura de esta nueva zona de ocio para los quiteños allá por el año 2005.
Con el grupo de amigos que hice durante el descenso de mi primera cima sudamericana viví una anécdota en el retorno en teleférico. Debido a una tormenta eléctrica estuvimos alrededor de 15 minutos parados en mitad del trayecto con rayos cayendo a escasos centenares de metros de nuestra posición. ¡Escalofriante!
Imagen: tripadvisor
DieQuito
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