
Hace ya 13 años que estuve en esta ciudad con el mítico profesor Alga del Sea Odyssey de Port Aventura, y estoy muy seguro de que aquella persona que fue a Pokhara para intentar ascender el Tharpu Chuli es alguien muy distinto a quien soy yo hoy en día. No es precisamente por no ir a ninguna expedición en este viaje, me refiero más bien a la evolución lógica que va desde los 25 años hasta los 38.
Para empezar, el trayecto en bus ha sido muy razonable desde Chitwan y no hemos sufrido un atasco como el de antes de ayer, que todavía escuece en la memoria. La carretera ha estado ligera y el tráfico fluido. A mitad de camino hicimos una parada en un restaurante en el que se puede comer con unas buenas vistas del río: el Marshyango river view resort.



Al llegar, nos hemos alojado en el Temple Bell que destaca por ser un edificio nuevo con piscina y todos los lujos, aunque a unos 5 minutos del Lakeside de Pokhara. Es un hotel boutique con unas 60 habitaciones que va a intentar hacerse con la cuota de mercado de los que buscan algo más que comodidad.

Por la noche hemos ido a ver la final de la Champions League entre el París Saint Germain y el Inter de Milán, que para mi sorpresa, se ha seguido con gran entusiasmo por cientos de aficionados al fútbol. La paliza del equipo entrenado por Luis Enrique ha sido antológica. La escuadra de Acerbi y compañía no ha hecho acto de presencia.
Mañana toca visitar Pokhara a fondo antes de regresar a Kathmandú dentro de un par de días.
DieQuito
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