He pasado dos meses en esta ciudad pero todavía no he visitado ni muchísimo menos todos los monumentos de esta ciudad. Ayer sin ir más lejos me acerqué a visitar la tumba de Humayun.
Este mausoleo está enclavado en la necrópolis Nizamuddin Complex, que es uno de os recintos funerarios históricos más importantes de la ciudad y en donde yacen cuerpos de importantes maestros y sus discípulos. Una de estas discípulas fue Jahanara Begur, cuyo epitafio es “No dejes que cubra mi tumba sino la hierba verde, pues la hierba es manto suficiente para la tumba de un humilde”.
Nada más acceder al recinto en donde se erige la tumba de Humayun, te viene a la cabeza el perfil de Taj Mahal. Entonces, cuando te paras a tomar fotos y a contemplar el panteón y definitivamente llegas a la conclusión de que estás ante un Taj Mahal de color rojo pero sin torres adyacentes. Este edificio se construyó en pleno siglo XVI, antes que el famoso Taj Mahal, y parece ser que se inspiraron en él para construir la perla de la India. En su interior descansa Humayun, el segundo emperador mogol, y según el guía sus dos esposas y sus tres hijas.
La arenisca rojiza le da un tono diferente e incluso lo hace más animado que el Taj Mahal. Sin embargo, le falta la grandiosidad de este por los acabados menos refinados de su decoración, los jardines o su menor altura.
InDieQuito
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