• Un día en Pokhara (día 2)

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    Hoy hacia las seis de la mañana me ha despertado la potente luz que entraba por las enormes ventanas de mi habitación que, como en casi todos los países, carecen de persianas.  Tras un desayuno inmejorable con yogurt de búfalo, una ensaimada con chocolate y un té negro bien cargado, era el turno para visitar Pokhara.

    Xavier (algún maellano le recordará) y Raspumar, ayer me equivoqué con el nombre haciendo una fusión con Rasputín, me han enseñado toda la zona del Lake Side, que está conformada por las calles comerciales que se extienden a orillas del Lago Pokhara. Tras darnos en un paseo por las tiendas de ropa de montaña, hemos ido hasta el lago, en donde hemos visto unos búfalos tomando un baño la mar de relajados. En ese lago se ven reflejados los Annapurnas y otros picos muy conocidos, pero hoy había nubes y ha sido imposible.

    Hemos ido a la agencia de trekking y Rai ya tiene todo mi viaje preparado. Mi expedición partirá mañana o a lo más tardar el viernes y estará conformada por un guía de alta montaña, un sherpa y un acompañante/retén para el campo base, además de un servidor, obviamente.

    Para comer he degustado las mejores empanadillas al vapor de toda mi vida. Son muy habituales en los chinos de toda España, pero de calidad muy inferior.

    Por la tarde he ido a comprarme todo el material de montaña que me faltaba y he encontrado unos chollos que me da hasta vergüenza mencionar por aquí porque no quiero herir la sensibilidad de nadie. Os advierto: precios inimaginables.

    En la cena, Raspumar (ahora ya lo pronuncio bien jejej) ha preparado carne de búfalo con arroz, que dice que da mucha energía a los montañeros y es la cena perfecta antes de empezar el día de trekking. Yo, por si acaso y como siempre hago en el extranjero, me dejo aconsejar. Tras degustar este manjar, hemos hecho un poco de meditación, tan necesaria antes de la tensión que me provocará caminar por la cuna incorrupta de los cielos del mundo.

    InDieQuito