
Después de la pertinente visita a la Stupa de la Paz, que corona una colina con vistas al lago de Pokhara y a la que se accede tras ascender unos 300 escalones, ha llegado el turno de ir al Museo Internacional de la Montaña, que está francamente bien aunque sobre todo falta inversión para hacerlo atractivo de verdad al turista europeo. Además de todas las infografías e información sobre la fauna y flora, me quedo con la parte dedicada a la mítica expedición de Norton y Mallory en 1924, así como a la gloriosa consecución del Annapurna por parte de Maurice Herzog y Louis Lachenal en la década de los 50 que a la postre supuso la primera conquista de un ochomil.


Después hemos ido a ver la cascada de Devi´s Fall, que curiosamente está en medio de la ciudad, y que no tiene mucho que ver. Se llama Devi´s Fall porque un tal Devi se cayó por aquella cascada en un determinado momento. Ahora mismo está todo bien vallado para evitar que haya otro desgraciado que por culpa de un resbalón terminé al fondo del riachuelo.


El día ha terminado en el Sky bar del Hotel Sarowar, que destaca por unas vistas magníficas de todo el Lakeside de Pokhara que tan bien recogió Bunbury en su álbum El Espíritu del Vino: un lugar para las promesas y para reencontrarse con uno mismo que pone un broche de oro a un día intenso en esta preciosa ciudad de Nepal.
DieQuito
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