Imagen transversal del puerto
En lo alto del puerto… El león y yo gritando victoria!!
No os creáis que ha sido fácil. Ha sido durísimo. El primer puerto de entidad de mi aventuraFrom Nueva Delhi to Nanda Devi os confieso que me ha puesto a prueba. Los 12 largos kilómetros del Col de Bachedikhal se extienden por la ladera de una montaña como una escolopendra enrrabietada. 12 kilómetros sin un solo descansillo en los que asciendes un desnivel de unos 700 metros. Para que los maellanos os hagáis una idea es como ir a Mazaleón todo el rato subiendo una pendiente como la de “el Pastelet” (las recurvas que había en la vieja carretera hacia Batea nada más pasar el río Algars). Como digo, ha sido toda una experiencia y cada metro de carretera era una eternidad.
En lo alto, en Bachedikhal, a 1100 metros de altitud, las vistas del valle eran de postal y corría un viento a las 6 y media de la mañana que poco tiene que ver con el denso y caluroso calor de Nueva Delhi.
A partir de ahí a comenzado el divertido descenso hasta Devaprayag, que se ha alargado durante 20 kilómetros (imagen 4). Un Shambala en toda regla: paisajes de leyenda, lagrimones en los ojos a causa de la velocidad, vértigo por los barrancos de la derecha y el pulso acelerado a causa de la adrenalina. Ha sido el único descenso largo de toda la expedición, así que me lo guardaré para siempre en la memoria.
Muy a pesar de los patrocinadores me he tenido que poner un abrigo porque tras la sudada de la subida del puerto, la bajada era propensa a los resfriados y ninguno queremos que caiga enfermo.
Al llegar, Devaprayag me ha parecido una verdadera cucada. Sus casas, con las paredes pintadas de colores, se amontonan en los barrancos del río como castillos de naipes a punto de derrumbarse; el Murano del Himalaya. No me he detenido allí en un primer momento sino que me he visto recuperado tras el descenso y he decidido hacer 6 kms de llano de la etapa de mañana, para adelantar trabajo camino de Shrinagar. A la vuelta he callejeado por sus enrevesadas calles y he disfrutado de este sitio tan especial. Su puente colgante está situado sobre unos rápidos fascinantes.
Ahora a descansar y a reponer fuerzas para que mañana no me pase factura el puerto que he superado esta mañana. Mejor dicho, hemos superado, porque todos, los lectores, los patrocinadores y vuestro apoyo hacéis que todo esto sea mucho más gratificante. Un saludo muy fuerte para todos y gracias por la desinteresada lectura.
InDieQuito
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