• Farewell… (día 219)

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    Me queda ya solo un amanecer en la India. Estoy con todos los preparativos antes de mi marcha: equipaje, compras, asuntos y despidiéndome de gente. Anoche en Hauz Khas Village, en casa de Ritesh hubo una reunión de amigos que hizo las veces de mi despedida.

    A mí no me ha respetado mucho la salud en las últimas semanas, así que no he organizado nada. Dicho sea de paso, tampoco tengo un rooftop en el que hacerlo ya que en esta segunda etapa he estado viviendo en hotel.

    Anoche, a pesar de ser martes, nos juntamos un buen número de personas allí. Me salió un discurso en el quise agradecer la compañía de todos durante estos meses, alegando que no había una gran fiesta porque era entre semana.

    Ya haré un reflexión sobre lo que han supuesto todos estos meses en la India, dentro de un tiempo, pero antes de que se me olvide lo malo y recuerde únicamente lo bueno, algo muy habitual al rememorar  viajes; quiero dejar claro que esta segunda etapa han sido unos meses muy duros, de los más duros que me ha tocado vivir. En lo personal, en lo económico y desde finales de marzo en el apartado de salud. Por eso ahora mismo ya solo estoy pensando en coger el equipaje de mi hotel, montar en el taxi y poner rumbo al aeropuerto, para dejar atrás la India antes de aborrecerla por completo. Así al menos dentro de un tiempo tendré ganas de volver a visitar todos aquellos lugares que se me han quedado pendientes.

    Gracias a todos los expatriados por haber estado ahí ; ). Y también a Ritesh!

    InDieQuito

  • Comilona (día 214)

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    Un compañero de oficina que también se marcha  ha organizado un vino español por todo lo alto en casa del diplomático que era su jefe directo.

    Pastel atún, tortilla de patata, salsa de mejillones en escabeche, salmorejo, ajoblanco, vino tinto de calidad, rollitos de salmón. Auténticas delicias que han hecho maravillas en el paladar de todos. Los que llevamos tiempo sin deleitarnos con la gastronomía española lo hemos apreciado más aún si cabe.

    El Embajador de España se ha acercado por allí y ha dado un breve discurso de despedida, deseando la mayor suerte del mundo a los que nos vamos de la Embajada (entre los que me incluyo) para buscarnos la vida en cualquier otro punto del globo.

    Yo he de confesar que he bebido dos copas de vino tinto y me he puesto un poco tocado. Normal, con 4 o 5 kilos de menos y después de haber hecho tanto deporte… A partir de ahora, en alguna que otra despedida que me queda, el alcohol tiene prohibida la entrada en mis entrañas. Menudo empacho de comida de todas formas. Me voy a dormir sin cenar.

    InDieQuito

  • El momento del adiós (día 90)

    DESPEDIDA AMIGOS

    BEETLE

    Todavía me queda una semana y media de estancia en Quito, incluyendo un fin de semana como es lógico; pero Martha se va de vacaciones el próximo domingo a primera hora y han decidido organizar mi fiesta de despedida con una semana de antelación.

    Anoche fuimos a El Puñal para pasar una agradable velada de copas y charloteo. Quiero agradecer especialmente a los que asistieron ayer: Martha, Daniel, Andrés, Pato, La José, Ana y Santiago (el del escarabajo verde). Quisiera mencionar también a los que por diversos motivos no estuvieron presentes: Mateo, Fernanda, Stephy, Padmé, Martín, Alejo, Lore, Eric, Juan… Lo cierto es que a todos nos pilló un poco desprevenidos este adelanto imprevisto, el sábado que viene también tendréis otra oportunidad en la última fiesta, en la despedida no oficial.

    Ya lo he comentado mil veces, y ha quedado constancia en varios artículos de este blog, pero lo repetiré hasta hartarme porque no sabéis lo importantes que habéis sido para mí durante estos tres meses. En este viaje lejos de la familia, de los amigos, de la pareja, a 1000 euros y 15 horas de regresar a casa en caso de fuerza mayor, en esta aventura en solitario en otra cultura, en otro estilo de vida…jamás me he sentido solo. Lo mejor de Ecuador…son sus personas, una gran familia que lejos de caer en los prejuicios, te acoge para siempre en su entorno más cercano. Y eso que a mí las montañas me han quitado mucho tiempo de farreo, pero los fines de semana que he estado disponible, siempre habéis respondido con vuestra genial compañía. Lo dicho, para quitarse el sombrero.

    DieQuito