• Autobuses con estilo (día 84)

    MACHACHI

    AUTOBUS

    En España solo utilizo los buses durante las fiestas del Pilar, aquí sin embargo llevo casi 3 meses sin conducir y he utilizado este medio de transporte a diario. Los autobuses aquí son muy diferentes a los españoles. Muchas líneas tienen conductores privados que tienen su propio autobús y que cobran el billete de forma personal. Me gusta mucho el precio del bus: 15 céntimos de euro por trayecto. Viajes de 2 horas, entre ciudad y ciudad, a 1 euro…etc etc.

    Los autobuses están decorados de forma bastante hortera y en ocasiones tienen toda una capilla en la parte delantera con imágenes religiosas, cruces de Caravaca y pasajes de la Biblia. Es curioso este último punto porque normalmente en los altavoces resuenan con fuerza las obscenas letras del reggaeton. Las vírgenes llorarían sangre al escuchar «La Fuga» de Jiggy Drama.

    Otro aspecto curioso es como los chóferes deciden llenar la buseta hasta la bandera, tanto, que alguna vez me ha tocado ir con el cuerpo por fuera amarrado a las endebles barandillas de metal. O que te cobran cuando te vas a bajar y no antes, los españoles, con eso de la picaresca, no pagaríamos nunca, pero aquí se respeta bastante bien.

    El sistema de paradas que está tan instaurado en nuestro país es inexistente. En Zaragoza por ejemplo, si un bus ha arrancado 2 metros de la parada y está sin moverse en el semáforo de delante, ya no te abre la puerta. Aquí la filosofía es bien distinta y se sacrifica la puntualidad de todos para favorecer a cada uno individualmente. En otras palabras: hay paradas, pero sin embargo el autobusero va recogiendo a gente cada 40 metros, personas que no han movido un pie hasta la marquesina y que cogen el bus en la puerta de casa. Lo mismo para descender…»Oiga, déjeme aquí que me queda cerca». ¡Las paradas las ponen los usuarios, sí señor! Con lo cual, todo se retrasa muchísimo pero todos nos beneficiamos. ¿Os imagináis los líos que esto provocaría en España?

    DieQuito