Era un día festivo en el que tampoco queríamos darnos una paliza, sobre todo porque el recuerdo del Balaitús estaba muy cercano. Así que cogimos los bártulos y nos fuimos a la frontera francesa para subir el corredor del ejecutivo. Un corredor sencillito en el que poner en práctica las detenciones.
Después hicimos la cresta de la Aguja del Portalet, que puso a prueba nuestro equilibrio. En el vídeo veréis que a pesar de la cuerda, no era una ruta apta para aquellos que sufren de vértigo. Además, la hicimos en ensamble, así que si uno se cae hacia un lado de la cresta, el otro tiene que saltar hacia el otro lado para compensar. Pura adrenalina.
Os dejo con el vídeo, que un audiovisual vale más que 1000 palabras.
Diequito
DieQuito
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