• Última parada: Distrito Federal

    Estas son las vistas desde la Torre Latinoamericana a la hora del crepúsculo, visita obligada en Ciudad de México para poder hacerse una idea del tamaño de esta megalópolis en la que no abundan las edificaciones afiladas. Ayer nada más aterrizar e instalarnos en el hotel nos fuimos a ver el atardecer a esta icónica torre que además guardaba una sorpresa en su interior: un viaje al pasado en forma de laberinto de espejos, simulador y túnel giratorio en los que nos reímos muchísimo a ritmo de «María Magdalena», canción de Sandra.

    Ciudad de México también nos pareció una urbe segura a pesar de ser de noche. Bien es cierto que hemos evitado zonas o barrios peligrosos, pero siguiendo esa premisa es una ciudad como otra cualquiera. Sin embargo, si fue un problema encontrar algo de cenar porque nos entretuvimos en el laberinto y luego ya estaba todo cerrado. Finalmente una pizzería se apiadó de nosotros y accedió a prepararnos una comanda para llevarnos al hotel.

    Hoy por la mañana hemos ido a VIS Foundation, ONG a la que apoyamos desde hace ya 4 años y que nos ha recibido con los brazos abiertos en sus instalaciones, y que nos ha enseñado alguno de sus centros en los que velan por el bienestar de cientos de niños.

    Y este viaje corto pero intenso termina aquí, en este vuelo Ciudad de México-Madrid, sin escalas esta vez.

    DieQuito

  • Unas horas en Ciudad de México

    Ya estamos en México lindo y como nuestro vuelo a Santiago de Querétaro es por la tarde, hemos decidido salir del aeropuerto a visitar la ciudad durante unas horas. Hemos ido en primer lugar a la Plaza del Zócalo, en donde la impresionante catedral domina todo el conjunto. No tiene nada que envidiar a las grandes catedrales que tenemos en Europa y tiene una ligera cuesta a mitad que la hace muy característica. Después salimos de la plaza y recorrimos todo el centro histórico, lugar monumental, repleto de edificios coloniales y con un policía o militar en cada esquina, velando por la seguridad de todos.

    Cuando se ha hecho la hora de comer hemos ido a llenar el buche con comida mexicana, dándonos cuenta de que el picante es el verdadero protagonista de la gastronomía mexicana. Los tacos de alambre, las fajitas y burritos son platos que a todo el mundo le gustan, sobre todo si no lleva mucho tabasco.

    Ahora os escribo desde el avión rumbo a Querétaro, al llegar nos queda mucho trabajo que hacer así que me despido ya de vosotros. Lo cierto es que el madrugón de Miami nos impidió dormir más de 4 horas y estamos molidos. Deseando terminar la faena programada para hoy, rápido, para irnos a la cama a una hora aceptable. Mañana, además de trabajar, tendremos tiempo para visitar Querétaro, que nos han dicho que es una ciudad muy cuca.

    DieQuito