• The World of Coca-Cola (día 16)

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    A primerísima hora de la mañana aterrizábamos en el aeropuerto Hartsfield-Jackson de Atlanta, con unas 15 horas de escala por delante. En nuestro plan inicial tan solo visitábamos esta ciudad durante el día de hoy pero el retraso del vuelo de Delta el 5 de septiembre hacia esta parada un poco superflua ya que ya visitamos la capital de Georgia el primer fin de semana.

    Ahora bien, nada más lejos de la realidad. Habíamos reservado para hoy la visita a The World of Coca-Cola, un museo interactivo que hace repaso de toda la historia de la marca y que es el «must see» por excelencia de esta metrópolis.

    Tras desayunar unos capuccinos extragrandes nos hemos puesto rumbo al downtown y a primera hora estábamos ante las puertas de la factoria Coca-Cola. La multinacional tiene la sede en esta ciudad y en The World of Coca-Cola ha querido emular a la utópica fábrica de Willy Wonka.IMG_5991

    Desde el primer momento en el entras en este mundo de fantasía te rodean elementos míticos de la marca al son de una música que evoca a la felicidad: la botella de cristal, el primer recipiente de galón en donde se servia, Papa Noel, carteles de Marylin.

    A continuación un vídeo en el que distintas personas sorprenden a sus amigos y familiares. Todo muy al estilo de la firma.

    Después pasas a unas salas en las que interactuas con la fórmula, sin llegar nunca a descifrarla, ves cómo funciona la cadena de producción y cómo se llenan las botellas y ves acciones publicitarias de la marca como patrocinios deportivos y botellas de edición limitada.

    Sin embargo, lo verdaderamente bueno esta en el pisos superior con la sala Taste It, en la que puedes degustar más de 100 productos distintos de la marca a lo largo de todo el mundo: bebidas de Zimbawe, Chile, Costa Rica o Japón. Saborizantes y bebidas carbonatadas que son una verdadera bomba para el estómago, especialmente cuando llevas 40 sorbos de líquidos diferentes. Pero oye, un día es un día.

    Aparte de esa sala hay una habitación con elementos pop de la historia de Coca-Cola y una sala de proyección de anuncios que han marcado un antes y un después en la marca.

    Como colofón, un vídeo 4D con butacas que te pinchan, te mojan, vibran, te soplan… Una verdadera experiencia divertida y con una película con un 3d muy conseguido. Verdaderamente, si pasas un día por Atlanta, no puedes dejar de acercarte por The World of Coca-Cola.

    Después de la visita que nos ha llevado casi 4 horas, hemos ido a comer al Hard Rock Café de Peachtree, en donde sirven comida sin gluten. Una buena hamburguesa con cheddar, bacon, mostaza y puré de patata como guarnición… Deliciosa.

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    Ahora estamos en el aeropuerto esperando a que nos llamen para embarcar rumbo a Europa. 11 horas de vuelo que no se antojan muy divertidas.

    DieQuito

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  • Atlantes (día 2)

     

    la catedral de Deloitte

      

       
    Llegando al Hartsfield-Jackson de Atlanta, desde la ventanilla del avión ya se podían distinguir elementos típicamente americanos que han poblado nuestra televisión desde que tenemos uso de razón.

    Camiones Mack con ese morro interminable, centros comerciales gigantescos y las míticas urbanizaciones de unifamiliares con una amplia explanada de cemento delante para aparcar los coches y jardín en la parte trasera para hacer barbacoas.

    El hotel designado por la compañía aérea era el Sheraton y las habitaciones que nos han tocado están fenomenal, especialmente la cama, que es gigante. Perfecto

    Nos instalamos y tras la ducha necesaria y deseada, nos fuimos al centro, a Peachtree Street. Nos costó un poco encontrar una calle con marcha a pesar de ser sábado noche, pero es que resultaba que todo el jolgorio se concentraba allí. Había una reunión anual de frikis con sus disparatados disfraces, el Hard Rock Café, el Meehan´s y cochazos por la calle: Dodge Charger como si los regalaran, Camaros, Harleys enormes.

    No hicimos muy tarde porque tras 8 horas de espera en El Prat y no sé cuántas de vuelo… No estábamos para mucha juerga. Eso sin contar el desfase horario.

    Esta mañana hemos ido a visitar la ciudad olímpica, especialmente el Centennial Park que conmemora los 100 años de olimpismo y hemos podido debatir de forma amplia acerca de por qué demonios le dieron unas olimpiadas a esta ciudad, cuando hacía 12 años ya se habían celebrado unas en EE.UU (1984), cuando no tiene mar cerca y era el centenario de los primeros juegos modernos. Será por la Coca Cola.

    La reunión de frikis y superhéroes continuaba hoy y durante todo el fin de semana, se llama Dragon Con y cuesta 125 euros entrar a ver stands de muñecos de manga. Por lo visto se extendía por varios edificios y salas de convenciones del centro neurálgico de Atlanta, que destaca por sus edificios altísimos.

    Tras merodear y callejear por una ciudad bastante anodina y en domingo, de nuevo estamos en el aeropuerto, que es enorme de verdad, creo que sin duda el más grande en el que he estado. Ahora en unos minutos embarcamos por fin hacia Quito.

    DieQuito