De nuevo nos ha tocado madrugar porque hoy teníamos que llegar hasta la lejana ciudad de Ouarzazate, mucho más allá que la ciudad de Marrakech y atravesando alambicadas carreteras del Atlas. Hemos pasado relativamente cerca del Toubkal, que coroné hace 8 años en compañía de Alberto Bescós.

La primera parada importante ha sido en Aït Ben Haddou, que es una kasbah muy famosa que ha aparecido en películas como Gladiator o La Momia. Nos han gustado sus callejuelas, su palmeral y sus vistas desde la parte superior de la ciudad. La única pena son las decenas de tiendas de souvenirs, que le quitan algo de encanto al conjunto. A pesar de ello, es un rincón de visita obligada en este país.

Después de esta ciudad, en la que además hemos comido un delicioso tajine de pollo y kefta de ternera, hemos seguido camino hasta Ouarzazate, a la que hemos llegado muy cerca del ocaso.

La cena, con berenjenas con tomate, cous cous y pollo al limón nos ha recargado las baterías, después de siete horas de autobús.
Ahora cogeremos la cama con muchas ganas porque han sido dos días especialmente duros.
DieQuito
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