• En el Erg Chebbi de Merzouga (día 4)

    La primera parada en la cuarta jornada del viaje ha sido en los curiosísimos pozos bereber que nutrían de agua los cultivos de estas regiones. Ahora, debido al uso indiscriminado de este bien, las aguas han descendido demasiado y ya no se puede hacer uso de la misma para regar los cereales. Para los turistas han quedado unas enormes cuevas y canalizaciones subterráneas.

    Después de este breve par´ón hemos puesto rumbo a la Cárcel de los Portugueses, que es nada más ni nada menos que la base del villano Ernst Stravo Blofeld en la película de 007, Spectre. Sin embargo, en el interior, las cosas son bien diferentes porque si en el filme estamos ante una inmensa llanura repleta de edificios, en la realidad es un terreno muy accidentado. Además, su origen no es el impacto de un meteorito.

    Y por fin, después de un par de horas de autobús hemos llegado a la Puerta del desierto. Allí hemos degustado una deliciosa pizza bereber, que es similar a una empanada de pisto.

    Tras hacer un poco de sobremesa ha llegado el momento de adentrarse en el mar de dunas del Erg Chebbi, a lomos de un dromedario. Todos en fila india, los 10, encima de unos dóciles camellos que navegaban con agilidad entre las irregulares formaciones de arena.

    Después de llegar a las jaimas, hemos dejado el equipaje y hemos regresado a las dunas para ver el atardecer y hacer un poco de skate sand, una especie de snowboard pero sobre la fina arena de color anaranjado. Además, hemos visto un pez del desierto, que es un lagarto muy curioso con escamas y tonalidades de pescado. Se esconde rápidamente en la arena, pero hemos podido tomarle una fotografía porque Hassan, nuestro anfitrión de la jaima tiene un arte especial para «pescarlo». Después lo hemos dejado marchar y se ha sumergido como un gusado de Dune.

    Después de una merecida ducha hemos cenado en la jaima, con una oreja puesta en el Real Madrid – Chelsea. Menudo partidazo nos hemos perdido pero ha merecido la pena por venir al desierto.

    La cena en el campamento Sahara Majestic se compuso de tajine de ternera, harira, y postres marroquíes. Deliciosa como siempre.

    DieQuito