Fiesta con españoles en una terraza. Ese era el plan para anoche. Era la despedida de Diego, un chico murciano que ha cumplido su etapa en Nueva Delhi y que se marcha la semana próxima.
Desde la azotea se veía toda la ciudad y es una ciudad muy oscura, sin excesiva contaminación lumínica. Muchas calles duermen sumidas en la más profunda oscuridad.
El ambiente español y castellano parlante (porque también había gente chilena por ejemplo) fue una maravilla. También asistieron franceses e italianos y por supuesto indios. Y la música que puso el dj era toda occidental, mucho rock, pop y house, con lo cual los de la comunidad europea estábamos en nuestra salsa.
La azotea me recordó al comienzo de la película Monstruoso (Cloverfield es el título original, deberían haberlo dejado así porque lo de Monstruoso es horroroso). En esa escena están todos en una despedida en una azotea cuando sucede…aquello.
El regreso a casa fue una verdadera odisea porque no había manera de encontrar un ricksaw, de hecho, me perdí por las calles del GK-I y llegué a pensar que no iba a poder llegar a mi cama.
Entonces, apareció mi ángel de la guarda. Eran las 5 de la mañana y me encontré a un hombre y a su hijo. Estaban cargando el coche porque se iban a pescar, les pregunté por un taxi y me respondieron que a esas horas era muy improbable encontrarlos. En un acto de amabilidad se ofreció a llevarme a casa. Su mirada me transmitió confianza y acepté, me dejé llevar, nunca mejor dicho y así es como conseguí llegar a Lajpat Nagar. Gracias, amable desconocido.
InDieQuito
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