A primera hora nos hemos despertado y después de un nutritivo desayuno hemos puesto rumbo a Zermatt. El plan inicial para hoy era hacer una ferrata y un trekking aunque al final hemos variado un poco los planes.
Desde Zermatt hasta el comienzo de la ferrata Mammut hay una media hora de camino con potentes cuestas que a mí personalmente me han recordado los 1000 metros de desnivel de ayer (excursión al Europaweg y trote hasta Zermatt). Como diría David, he notado las piernas “rusientes”.
La ferrata Mammut está dividida en 3 sectores, el A, que es muy sencillo (K2) y el B y el C que son K4. Yo nunca había hecho una vía ferrata y aunque la primera parte me ha parecido fácil, la ruta B no era nada cómoda. Los agarres de manos eran escasísimos, iba con zapatillas de correr por asfalto y los puentes hechos con un tronco partido trasmitían muy poca seguridad. En un determinado punto, Marcos me ha dicho “olvídate de lo de no agarrarse al cable” y es que, por miedo a una caída con el disipador, íbamos cogidos al cable como si fuéramos magnetos.
Entre risas hemos pasado tramos expuestos y preparado un poco los brazos para el fin de semana. El problema es que la ferrata se ha alargado más de dos horas y entonces hemos decidido que el trekking hasta los lagos se dejaba para otro momento, quizás otro viaje futuro…
Hemos bajado a Täsch porque el cuerpo nos pedía una comida caliente y una buena siesta. Yo mantengo que aún no estamos recuperados del viaje de 15 horas en coche, porque después de eso no hemos parado ni un segundo.
Después de despertarnos de una siesta de 2 horas hemos bajado a jugar un poco al fútbol y hemos entrado al gimnasio en donde hemos hecho sentadillas, pesas, remo…
Hoy toca cenita light y mañana a primera hora subimos a Täschalp, un restaurante que está a unos 2200 metros de altitud y haremos una rutilla que nos subirá a más de 3000 metros, comenzando por tanto la aclimatación en serio.
En cuanto a la previsión meteorológica, me comenta Marcos que dan lluvia para el domingo por la tarde, cuando estaremos realizando el descenso final desde el Cervino. Esperemos que no se adelanten las tormentas y trunquen nuestros planes de ascensión.
DieQuito
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