• Yiwu y el International Trade Center

    Nos ha venido a recoger Wang, amigo de Moises, y nos ha llevado en primer lugar a sus oficinas en donde hemos probado unas motos eléctricas muy molonas y hemos podido ver los productos que comercializa. A continuación nos ha llevado al International Trade Center que es como una especie de Feria de Muestras para venta al por mayor. Una vez dentro te das cuenta de que con un día de visita no eres capaz de ver ni un 1% de toda la feria, te percatas de que hace falta más de una semana, pero también nos dimos cuenta de que para nuestros productos actuales, los mejores proveedores están en Guandong.

    Después de la visita por el laberinto de tiendas de varios niveles, y con bastante hambre en nuestro estómago vacio, Wang nos ha llevado a una marisquería en la que ha ido seleccionado las piezas, vivas todavía, que ibamos a degustar. Es un restaurante que es un cook-it-yourself pero en el que una camarera te está continuamente ayudando, cocinando delante de ti, en medio de la mesa, todos los platos que te vas a comer. Me dieron un poco de pena las gambas, que saltando trataban de escapar de su muerte… ni siquiera sabia que eran capaces de saltar así : (

    Después de la comida nos hemos vuelto a meter en el coche para volver a chuparnos 300 kms de autovía, rumbo a Shanghai; próxima parada en China.

    DieQuito

  • Rumbo al norte

    Cambio de región. Hoy tras pasar la mañana en Shenzhen, hemos cogido un avión a Ningbo. El precioso aeropuerto de Shenzhen sigue igual de blanco que el año pasado, blanco e imponente. Tras el vuelo nos ha venido a recoger el driver de un amigo y menos mal, porque Didi nos impedía reservar un viaje de casi 300 kms hasta Yiwu… El único peligro era que el driver conducia con un ojo y las manos puestas en el movil y un ojo y los codos puestos en la carretera. Nos hemos puesto el cinturon y hemos rezado todo lo que sabíamos. Hemos hecho casi todo viaje de noche y al llegar al Ramada Plaza de Yiwu ya ni siquiera nos daban de cenar.

    Hemos salido del hotel en busca de algún sitio en el que llevarnos a la boca y nos hemos encontrado con una ciudad de la China profunda, que recordaba a alguna ciudad soviética de los 70. Una urbe oscura, con casas antiguas y coches viejos con la pintura descascarillada.

    Por suerte, hemos encontrado un McDonals y aunque ya habían cerrado, la amabilidad china se ha portado bien y nos han podido vender patatas fritas y dos tortas de piña; básicamente las sobras, pero era nuestra única opción.

    Llega el turno de dormir que mañana nos espera una larga jornada visitando el International Trade Center de Yiwu.

    DieQuito