Rechazados. Nos hemos quedado sin visa para Pakistán y con una cara de bobos hasta el suelo. Encima, nos han tratado fatal porque no ha habido ni entrevista. Nos han tenido más de 1 hora esperando en la acera, fuera del recinto de la Embajada para al final lanzarnos los pasaportes a través de una ventanilla y encima con una sonrisa en la cara.
El proyecto Pakistán se ha caído antes de empezar, así que todos los viajes hasta la sede diplomática pakistaní han sido una completa pérdida de tiempo. Espero que algún día tenga la oportunidad de entrar en Pakistán, aunque no con Lahore como destino, sino para hacer un trekking por el inhóspito Karakorum. De ilusiones se vive o eso es al menos lo que dicen.
Nos tendremos que conformar con Amritsar y su templo dorado, el cambio de guardia en la frontera con Pakistán y con la futurista ciudad de Chandighar, que no es poco.
InDieQuito
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