A primera hora de la mañana he aterrizado en Fiumicino, y como ya hiciera en enero de 2013, he cogido un autobús hasta la capital italiana. En aquella ocasión visité el Vaticano, la Fontana di Trevi y el Coliseo, así que hoy he buscado rincones menos comunes. He comenzado por la Vía Margutta (foto superior), que tiene este precioso rincón. A continuación, he ido al Palacio Zuccari, he caminado por el barrio judío, a la Bocca de la Verita y al Palacio de la orden de los Caballeros de Malta, desde el que se ve la cúpula de San Pedro a través de una mirilla y un túnel herboso. Un precioso rincón poco conocido de Roma.
Después he cogido un taxi (raro en mí en un país del Primer Mundo) pero es que quería llegar a ver el Ángelus del Papa Francisco y antes de acceder a la Plaza de San Pedro, hay que superar un tedioso, y bastante minucioso, control de seguridad. El Papa se había quedado «colgado» en el ascensor, y eso ha hecho que se retrasase 5 minutos el comienzo de la misa.
Para terminar he ido a la Piazza Navona, al Panteón, que lo tenía pendiente, y a comerme una pizza Bonci, que me ha recomendado mi amiga Ángela Simonetti. Ahora me subo al último avión de este largo viaje de 17 días, y pondré rumbo a Madrid.
DieQuito
Comentarios recientes