Como ya adelanté en el artículo de ayer, si me veía con fuerzas, mi intención no era dormir en Haridwar, sino en Rishikesh. Para llegar a este remanso de paz que será un excelente lugar para el primer día de descanso, había que completar las primeras pendientes de entidad.
La primera parte de esta etapa doble, desde Roorkee hasta el puente de Haridwar sobre el Ganges, ha sido predominantemente llana y gran parte se hace a la orilla del Upper Ganga Canal. No ha pasado nada realmente reseñable, salvo un extraño atasco de camiones en esta carretera secundaria alrededor de las 6:30 am. Me voy dando cuenta cada vez más de que la hora punta es un poco amplía, y es que quizás no exista una hora punta como tal. Cada uno coge su camión cuando se desvela.
Hemos parado para contemplar el Ganges, comer algo y coger fuerzas para las primeras pendientes. Sin casco, con música en mi iPod y estirando, nos hemos relajado unos minutos. Después, hemos puesto rumbo a Rishikesh evitando de nuevo la N58, utilizando la tranquila carretera de la presa. Por esas montañas y bosques que se erigen a la derecha de Rishikesh he sufrido los primeros repechos. Esta área estaba poblada de pavos reales, que piaban con su característico sonido que se asemeja al maullar de un gato. Oír he oído muchos, pero tan solo he visto dos y sin la preciosa cola desplegada.
Ahora en Rishikesh me voy a relajar tras 200 kms en cuatro días. Esta noche hay partido y mañana en la jornada de descanso haré un poco de turismo. El jueves proseguirá la aventura con la etapa 5, que unirá Rishikesh y Kaudiliya y en la cual ya entra la alta montaña en escena. Mañana la explicaré más detalladamente.
InDieQuito
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