Toda mi familia sabía de mi regreso. Bueno, toda, salvo mi hermana pequeña, que se había creído que me quedaba en París por un tiempo para aprender francés.
Ayer aterricé en Madrid por la mañana y llegamos a Maella, mi pueblo, sobre las 2 de la tarde. Mi hermana llegó a casa y aparecí en el salón de repente. La pobre no se lo esperaba y se puso muy feliz. Lástima que la felicidad durase tan poco porque por la tarde fui ingresado por orden médica para tratar de averiguar el motivo de mis constantes problemas gastrointestinales que me han estado azotando en las últimas semanas. Lo cierto es que yo no era consciente de mi estado hasta que he visto el efecto que he provocado en la gente que hacía meses que no me veía… Mi apariencia cadavérica, mis 57 kilos y mi color pálido no son muy halagüeños.
El viaje ha llegado a su fin y el blog por lo tanto dejará de tener la frecuencia diaria que acostumbra. De todas formas iré escribiendo algún artículo relacionado con el viaje a la India.
InDieQuito
Imagen: globedia
Comentarios recientes