Pahar Ganj parecía anoche el Prater de Viena. Sobrecargado de lucecitas, dibujos por el suelo, gente vendiendo globos, actuaciones de fuego, discursos bajo grandes carpas: mi barrio está patas arriba porque ha comenzado la cuenta atrás para el Ram Navami.
Durante los siguientes 10 días son muchos los indios que siguen un ayuno especial en el que no ingieren ajo, carne, trigo, cebolla, etc.
A mi personalmente me van a fastidiar la semana porque tengo que dar una vuelta considerable para llegar a mi parada de metro desde que han montado el tinglado.
Ayer tuve una sensación muy extraña porque iba caminando por mi calle y había elefantes y camellos a los lados. No les presté apenas atención hasta que de repente me dí cuenta de qué pocas veces en mi vida había podido ver a estos animales en vivo y en directo. Supongo que cada día que paso en este país me sorprenden menos las cosas, incluso las inusuales, y eso es algo que me disgusta. ¿Estaré traspasando esa línea que separa a un turista de un adaptado?
InDieQuito
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