Holi. El festival de los colores… Y tanto que sí. Ya por la mañana, cuando salí de mi hotel de Pahar Ganj, tuve dificultades para salir airoso de las innumerables encerronas que los críos preparaban a todos los que iban todavía impolutos. Yo iba con una camiseta blanca y unos vaqueros que libraron ayer la última de sus batallas.
Tras bajar al sur nos dirigimos a la JN University, en donde según dicen se lía la más gorda de la ciudad. Nada más llegar compre bolsitas de colores y comenzamos a mancharnos entre todos, al principio con mesura, como puede verse en la primera fotografía. Luego, sin control.
Todo se fue de las manos cuando nos metimos en un descampado lleno de indios que bailaban al son de la metálica percusión que se produce al golpear un barril con una fusta. Allí todo era un tornado de locura y desenfreno. Andabas y no veías a gente, veías manchas de color que eran demasiado para tus sentidos. Semejante combinación de colores fosforitos te abrumaba e ibas como mareado, como drogado, caminando entre la muchedumbre.
Eché a faltar eso sí, un deejay con música (trance por ejemplo), entonces si que hubiese volado pero de lo lindo. Una maravilla de fiesta que siempre recordaré, estoy seguro de ello. Para probarlo antes de morir.
Eso sí, la ducha posterior también es de las que no se olvida jamás…
InDieQuito
Comentarios recientes