• De Bogotá a Cartagena (día 2)

    Hoy ha sido un día especial porque hemos vuelto a trasladarnos, esta vez hasta la tropical Cartagena de Indias, aunque antes hemos visitado a fondo la capital del país. Bogotá no es una ciudad especialmente bonita pero, por ejemplo, la Virgen de Montserrate, ubicada en lo alto de una loma desde la que se puede contemplar toda la ciudad es una visita obligada.

    En aquella zona se amontonan un sinfín de tiendas de souvenirs (todos o la mayoría de ellos fabricados en China) pero también varios restaurantes y puestos de picoteo en los que se pueden comer todo tipo de productos típicos. Para llegar allí hemos cogido un funicular, funicular al que sigue aplicando el mantenimiento la empresa suiza que lo fabricó) y para regresar hemos usado el teleférico. Es una forma cómoda de cubrir semejante desnivel porque allí, además, no se puede llegar en coche. Las otras opciones son subir a pie o en mula.

    Por la tarde nos hemos dirigido ya al aeropuerto para coger el vuelo doméstico hacia Cartagena. En la terminal nos hemos juntado con Ramón y Mar, recién llegados hoy desde España, y juntos hemos embarcado en el pequeño avión que nos iba a llevar al Caribe.

    Cartagena te recibe con un golpe de calor difícil de expresar mediante palabras. Nos hemos dado un refrescante baño en la piscina del hotel Casa India Catalina nada más llegar y después hemos ido a pasear por sus calles. Sus rincones coloniales son preciosos, pero los carros tirados por caballos transmiten una gran tristeza. Los bellos corceles sufren lo indecible recorriendo sus calles empedradas a altísimas temperaturas, tan solo para que los turistas insensible puedan darse un paseo en carro… Rídiculo.

    Ahora nos acostamos que mañana es día de preboda, y ya hay que estar preparados para la fiesta.

    DieQuito