• Mi carta a los medios (día 39)

    EL HOY

    Antes de ayer llegué a la Embajada unos minutos antes de las 9 de la mañana, conversé con el guardia de seguridad en las esclusas de acceso y éste me entregó, como cada día, los periódicos del día: el Hoy, El Universo y El Comercio.

    Entré en mi oficina y me senté para leer, seleccionar y recortar lo más relevante de esos papeles grisáceos con aroma a tinta industrial. Una de mis obligaciones es echar un vistazo rápido (no puedo terminar el resumen de prensa sobre el mediodía), pero completo. Mi forma, hasta ahora eficaz, se basa en la lectura de todos los titulares incluyendo breves, editoriales y cartas al director y si la primera frase es interesante, prosigo con un análisis en diagonal de la noticia.

    La sorpresa me sobrevino en la sección Cartas al director de el Hoy. Casi desparramo el café por todo el escritorio. Allí, en medio de un mar de palabras estaba mi carta. Releí un par de veces mi nombre y apellidos por si me había dejado llevar por la euforia de la publicación, el día anterior, en el Periódico de Aragón. Incluso me planteé seriamente pellizcarme: podría ser un sueño que se había trasladado de manera inexplicable de la cama al despacho…

    Sin embargo, era real.

    A continuación les dispongo la carta tal y como se publicó esta semana en ambos periódicos. Les adelanto que es una visión muy desesperanzada en la sociedad y hacia donde esta va encaminada, es pesimista y hasta se puede tachar de misantrópica en algunas frases, pero también por desgracia es realista. Por estos motivos, la sorpresa de su publicación fue aún mayor. También la podéis encontrar en su versión integra (sin limitaciones de espacio) en www.tritiopublicidad.es (artículo del 27-5-2011)

    Quién fuera político…

    Desde hace casi dos semanas, cientos de jóvenes y no tan jóvenes se manifiestan en la Puerta del Sol de Madrid. Quieren Democracia Real Ya y la Spanish Revolution se abandera como la entrada a Europa de las revueltas árabes.

    Aspiran a un nuevo sistema, dicen que el actual no funciona bien y es cierto, habría que estar ciego para no verlo. Ahora yo me hago la siguiente pregunta: ¿el problema es el sistema? ¿No serán los engranajes los que fallan? Desde tiempos inmemoriales, en todas las civilizaciones, cada siglo, han existido los privilegiados. Afortunados que tienen mayores facilidades para encontrar su sitio en la sociedad. Gente con acceso a información, con contactos, con poder: listillos que se aprovechan de su posición. Cientos de eras y gobiernos distintos: totalitarismos, comunismos, imperios, dictaduras, democracias, feudalismos-Pero siempre hay un patrón, una clase superior formada por los políticos.

    Dictaduras o no, es fácil encontrar algo común en todos los modelos de estado: todos eran gobernados por seres humanos. Somos las personas las que, con nuestros defectos, nuestra ambición y los siete pecados capitales que nos inculcó el Catolicismo, destruimos aquello que tocamos.

    Entiendo que es necesario cambiar algunas injusticias; hace falta tener la cara de mármol para subir la edad de jubilación a los 68 años cuando ellos (los políticos) obtienen una pensión vitalicia cotizando 7 años. Sin embargo, solo quisiera recalcar que es posible que muchos de los que protestan, se mueran de ganas por alcanzar esas posiciones y disfrutar de ese tipo de ventajas. Como digo, el problema entonces somos los seres humanos.

    Unos pensarán que me conformo con el sistema actual porque con este artículo estoy transmitiendo mi creencia de que lo que está por venir será similar (veremos que sucede en Libia, Túnez y Egipto en los próximos años). Pero solo quiero que comprendan que lo que se necesita es una gran transformación en la sociedad, en la forma de actuar de cada uno y en la percepción capitalista-consumista de la vida, para que el cambio que están pidiendo a gritos sea una realidad. Hasta que llegue ese momento, todos los sistemas desembocarán en el mismo fracaso de amiguismos, corrupción, opresión de la clase trabajadora y enriquecimientos con propiedades.

    Diego Celma Herrando (mayo 2011)

    DieQuito