Finalmente, y a pesar de que no estaba muy católico, decidí salir a probar la noche de Bangkok. Al fin y al cabo solo me quedan dos días en esta ciudad así que hay que exprimirlos al máximo. Las mejores discotecas de la ciudad están debajo de los hoteles de lujo y por eso fuimos directos al Hotel Intercontinental, que tiene en su sótano la exclusiva discoteca Mixx (imagen 1)
Calificar el ambiente de la discoteca como raro sería un eufemismo que ni el hotel Intercontinental ni la discoteca en sí se merecen. El local, con dos salas decoradas con esmero, destaca por su buena música y sus preciosas gogós, pero de nuevo vuelve a pecar de ser un pozo de prostitución; trata de blancas consentida y me atrevería a decir que espoleada por los propios gerentes del local, y por ende, por una cadena hotelera del prestigio de Intercontinental.
En primer lugar, las camareras se dedican a acercar a los occidentales a los grupos de mujeres tailandesas. En segundo, tienen la misión de asegurarse de que todo occidental esté bebiendo alcohol mientras se encuentre en la discoteca. Si te queda menos de la mitad del cocktail se acercan para ver si quieres otro y si osas a estar unos minutos sin una bebida en las manos vienen con la libreta y el bolígrafo en la mano para apuntar el siguiente pedido. En mi caso, teniendo en cuenta que mi estómago estaba todavía convaleciente, me bebí el cocktail que te brindaban con la entrada y decidí bailar un rato sin una copa en la mano. Entonces se me acercó la camarera para ver si quería algo más, le dije 3 veces que no y a continuación vino con seguridad para amenazarme.
En ese momento, teniendo ya claro que que el ambiente era horrible y que no se puede disfrutar de la noche como en Europa decidimos largarnos de la discoteca, que ya califico como putiferio le pese a quién le pese.
———————————————————————————-
Por la mañana temprano hemos ido al lujoso centro comercial Siam Paragón, en donde marcas de coches como Lamborghini (imagen 2), Maseratti o BMW tienen sus coches en la tercera y cuarta planta, como si de tiendas de ropa se tratara. La tecnología y las marcas de ropa cara son otros de sus elementos diferenciales (Bang & Olufsen, Louis Vuitton, Chanel, Versace, Prada, Hermes etc)
A mediodía nos hemos acercado hasta el Indoor Stadium de Bangkok en donde mañana tendrá lugar la final de la Copa del Mundo de Fútbol Sala que enfrentará a Brasil y a nuestra amada selección. Hemos conseguido entrada gracias a unas pequeñas partidas que fueron devueltas y de esta manera nos hemos ahorrado la incertidumbre y el dinero de tener que ir a la reventa antes del encuentro (imagen 3).
Por la tarde hemos ido al hotel de la película Resacón 2 (el rascacielos de la cúpula dorada) y hemos disfrutado de sus espectaculares vistas (imagen 4), sin embargo, el clima amenazaba lluvia y hemos optado por no arriesgarnos a pedir un café de 5 euros que tuviésemos que dejar a mitad. Muy cerca está el hotel Mandarín Oriental, una perla de lujo asiático que sí que tiene terraza cubierta al lado del río (imagen 5). Y en efecto, mientras tomábamos allí el té, se ha puesto a llover a mares durante unos minutos.
Después de que anocheciese hemos quedado en el Life Center (un centro comercial) con mi amiga francesa Ophélie, que conocí en mi estancia en Ecuador y con la que viajé al Rucu Pichincha, a Baños y a la mitad del Mundo. Ella se encuentra residiendo aquí ahora por trabajo; sin duda somos los dos unos trotamundos (imagen 6).
Y ahora, dentro de unos minutos saldremos listos a comernos Bangkok, aunque en esta ocasión no me dejaré ver por las discoputecas de los hoteles. ¡Nos vamos a la calle más turística de Bangkok, Kao San Road!
InDieQuito
Comentarios recientes