Un día de regalo. Eso es lo que hemos sentido todos en nuestro paseo por Chamonix. El objetivo estaba cumplido y hoy nos hemos ido de tiendas por esta magnífica ciudad alpina. Las tiendas de montaña son muy golosas y hemos ido a echar un vistazo a equipos porque ya estamos pensando en futuras expediciones (enfermedad).
También hemos ido a tiendas de souvenirs, hemos pasado por la meta de la UltraTrail del Mont Blanc, en donde mi tío se coronó hace tan solo 3 días… y Chamonix estaba tranquilo y sin las aglomeraciones de este fin de semana. Un sinfín de emociones que hemos vivido en una semana en los Alpes franceses. Me llevo muy buen sabor de boda y no solo por «las pizzas del ruso», que nos vio tan entusiasmados que ya nos quería hacer clientes «fidelity card».
Luego ha llegado el turno de hacer las maletas y empaquetar todo el material de montaña, que mañana salimos a primera hora, ya que el viaje es de más de 15 horas. Vaya pereza…
PD: como suele ser habitual, yo me he quitado mi barba de expedicionario tras 3 meses sin ni siquiera recortarla ni arreglarla. Ha sido una liberación, y me he vuelto a ver raquítico. La barba tapa mis facciones y ahora, afeitado, se dejan ver mis carrillos un poco hundidos, señal de que el entrenamiento ha sido el adecuado y que estoy fit. Por otro lado, mi resfriado ha ido un poco a peor, normal cuando subes moqueando el pico más alto de los Alpes. Ya se pasará.
DieQuito
Leave a Reply