Anoche no hicimos demasiado tarde. La boda estuvo genial pero hoy teníamos un largo viaje hasta el Parque Tayrona. Después de desayunar hemos abandonado nuestro hotel Casa India Catalina y nos hemos subido a un autobús en el que hemos pasado alrededor de 5 horas de viaje hasta llegar a la zona de Tayrona.
Nuestro hotel de esta noche (Villa María by Kalihotels) está en una zona bastante selvática, rodeado de vegetación, en plena naturaleza y nuestra habitación es una especie de cabaña de madera y bambú con unas vistas increíbles, una hamaca, y una redecilla antimosquitos (más decorativa que con función real, a decir verdad). Nos ha recibido un papagayo muy simpático que no se dejaba acariciar…
Después de comer hemos bajado a la playa, que está a solo 15 minutos de camino. El mar estaba muy bravo y por eso solo me he atrevido a meterme unos 10 metros. A pesar de ello ya costaba mucho esfuerzo salir del agua, así que mejor no haber tentado a las olas.
La playa, muy virgen en comparación con otras zonas, ofrece tranquilidad y una visión salvaje de la América del Sur que se encontrarían los exploradores y conquistadores españoles cuando llegaron al continente en sus barcos de vela.
La parte negativa del día ha llegado de regreso al hotel, cuando he pisado accidentalmente a un perro y me ha clavado sus dientes levemente en la pierna. En la piscina del hotel tanto Mar como Ana, ambas médicas, han concluido que era necesario vacunarse.
Ahora acabo de enviarle un email a IATI, mi aseguradora para el viaje (no olvidéis contratar siempre un seguro para estos imprevistos) y quedo a la espera de su respuesta.
DieQuito
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