Lo primero que he hecho esta mañana ha sido afeitarme por completo. Me había empezado a dejar barba a mediados de junio, hace 3 meses, y desde entonces no la había recortado en absoluto, salvo en la zona baja del cuello, para que no me molestase. He pasado calor en verano. Un calor… Después de haber ascendido a la cima Veintimilla del Chimborazo, ha llegado la hora de rasurarla y de cortarme el pelo.
Por la tarde he ido a la asociación Nuevos Horizontes y algunos de los presentes han tardado en reconocerme. Ha sido gracioso y me ha recordado a la broma que le hice a Guru al llegar a Tailandia hace casi 3 años.
El mítico Julio Tinajero nos ha obsequiado con un parche de la asociación, que con mucho cariño coseré a una de mis “chompas”. Nos hemos despedido de todos y estoy convencido de que en un futuro volveré a hacer montaña con estas maravillosas personas.
Por la noche fuimos a la Plaza Foch, en donde nada más entrar nos vimos rodeados por una extraña concentración de bicis nocturna que se merecía esta panorámica.
Cenamos unas chuletas al carbón con platano frito y terminamos la noche en The Boot, que nos hizo gracia porque su logotipo es una suela de bota que me recuerda a la foto de mi pisada sobre la ceniza en Ilinizas. Reggaeton y pantallas con repeticiones deportivas. Extraña combinación para nuestra última noche en la ciudad.
DieQuito
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