14 horas en una Citroen Jumpy

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Ya estamos en Chamonix, después de toda una noche y más de mil kilómetros de viaje a través de Cataluña y Francia. Partimos a las 23 horas desde Maella en la Citroen Jumpy que nos ha prestado gentilmente mi padre. Es una furgoneta con más de 12 años y casi 200000 kms pero ha respondido muy bien y con sus 6 plazas nos ha ahorrado mucho dinero en peajes y gasolina.

Hemos empezado el viaje con cachondeo, con Revu anunciando lo que decía el GPS que quedaba por delante a intervalos de 10 minutos, parando en Montblanch para hacer la gracia con el cartel… IMG_0200pero con el paso de las horas el humor ha ido decayendo hasta convertirse en un silencio sepulcral. Durante las 5 primeras horas he conducido yo hasta que, con semejante calma y cerca de la frontera con Francia, el sueño me vencía y Marcos ha cogido el relevo hasta pasado el amanecer. Raúl ha asumido su turno entonces (ver foto) y hemos llegado a Chamonix a la una del mediodía… Al final, las 3 últimas horas de viaje fueron muy pesadas, aunque una generosa máquina de café se portó con las devoluciones de dinero.

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Parecíamos cadáveres andantes: reventados por un viaje en el que apenas hemos podido pegar ojo. La carretera machaca y más en unos asientos duros como una piedra y que no pueden abatirse.

Cuando hemos llegado nos han dicho que el apartamento no estaría listo hasta 3 horas más tarde… Tan larga se ha hecho la espera que me he acabado quedando dormido en una piedra.

Tras instalarnos en el apartamento nos hemos pegado una siesta de campeonato. Ahora hemos cenado un buen plato de arroz y a dormir, que mañana subiremos a aclimatar a la Aiguille du Midi.

DieQuito

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